La salud y el 2016

[Darloup]

Por Ulahy Beltrán López

La salud colombiana no ha tenido un buen inicio de año, antes ha sido un comienzo de año que genera incertidumbre y preocupación. Colombia se ha enterado cómo la migración colectiva de usuarios del sistema de salud a nuevas EPS no ha sido la mejor, tanto en el régimen contributivo, en el caso de los varios millones de colombianos que fueron transferidos a Cafesalud desde Saludcoop, hoy en liquidación, como los que han llegado a cerca de 15 EPS en el régimen subsidiado provenientes de Caprecom, hoy en liquidación.

Casos de interrupción de tratamientos que venían recibiendo los pacientes, así como los casos de falta de autorización oportuna para procedimientos, medicamentos y exámenes, parecen ser la constante para estos pacientes que aspiran a que esta transición no sea “pasar de Guatemala a Guatepeor”, volviendo a ser la tutela la vía de reconocimiento del derecho fundamental de la salud crónicamente vulnerado en nuestro país.

Inclusive, ya los usuarios de las EPS que han venido recibiendo a estos pacientes que vienen de las dos EPS que entraron en liquidación argumentan que ya están teniendo dificultades para acceder a servicios por saturación de los centros de atención con la llegada de estos nuevos afiliados, y expresan su preocupación porque esta llegada de los varios millones de afiliados puede afectar negativamente aún más el servicio que venían recibiendo en las EPS receptoras.

De otra parte, otra enfermedad transmitida por vectores toma fuerza en su presencia en el territorio colombiano en este 2016. Si antes ya el dengue se había estacionado como parte de las enfermedades “comunes y corrientes” de nuestro país, y el chikunguña llegó hace un poco más de un año para quedarse también, hoy el zika empieza a generar además de pacientes, fuertes preocupaciones en las autoridades de salud por las consecuencias que esta nueva enfermedad trae, especialmente en las mujeres gestantes, pues ya se ha documentado, especialmente en el vecino Brasil, complicaciones neurológicas de bebés nacidos de madres que padecieron zika durante el embarazo.

El panorama sectorial incluye las pocas expectativas que tienen los hospitales públicos y las clínicas privadas para que las EPS les trasladen en los contratos en el 2016 el incremento que el Estado les ha reconocido en este 2016 en la prima que recibe cada aseguradora, tanto en el contributivo como en el subsidiado, para financiar la atención en salud de cada uno de sus afiliados.

El escenario para los hospitales públicos tampoco es el mejor para este año que ya casi va en la mitad de su primer mes: por un lado, la billonaria cartera que les adeudan en todo el país las EPS tiene a muchos al borde del cese de actividades por iliquidez ante el no pago de dichas deudas, y por el otro, la amenaza de una eventual intervención por parte de la Superintendencia Nacional de Salud ante el incumplimiento que muchísimas de estas Empresas Sociales del Estado en casi todos los departamentos del país han hecho de los planes de saneamiento fiscal y financiero que suscribieron con el ministerio de Hacienda y Crédito Público el año anterior. Debe aclararse que dicho incumplimiento de los citados planes se debe, en su gran mayoría, a la no generación de los ingresos esperados por venta de servicios en 2015 por parte de estos hospitales, no porque no vendieran servicios, sino sencillamente porque sus principales clientes, las EPS, no les han pagado ni la mitad de lo que esperaban recaudar por esa venta en el pasado año.

Esos tópicos son parte del escenario general del sector salud en Colombia en este 2016.

Fuente: http://www.elheraldo.co/columnas-de-opi ... 016-237966