Una entrevista con Juan Manuel Santos - Presidente de la República

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Una entrevista con Juan Manuel Santos - Presidente de la República

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Por Juan Moreno

El Jefe de Estado hace un repaso de su gestión a pocos meses de terminar su mandato. “Llevo a la Costa en mi corazón, le hemos invertido $69 billones”.

El presidente Juan Manuel Santos está a ocho meses de finalizar su gobierno, y es momento de hacer balances. Su principal bandera, la paz, por la que además se jugó todo su capital político, tuvo importantes avances como lo fue lograr el desarme de la guerrilla de las Farc e iniciar los diálogos con el Eln. No obstante, también hubo complicaciones e incumplimientos que han dificultado que el proceso de la implementación se consolide a plenitud en los territorios. Como él mismo lo reconoce, se trata de un proceso complejo que hasta ahora empieza.

Sobre la agenda del fast track, que finalizó el pasado 30 de noviembre y que dejó por fuera, entre otras, la ley de tierras, la de catastro multipropósito y la de adjudicación de baldíos en reserva forestal (todas con relación al punto uno del Acuerdo, es decir, la Reforma Rural), el mandatario afirmó haber enviado un mensaje de urgencia al Congreso para que en el próximo año le den trámite. Sin embargo, y de nuevo citándolo a él, su relación con el Legislativo no es sencilla pues luego de los años de gobierno, “mantener las mayorías se vuelve más difícil”. Al parecer, dichas reformas definirán su suerte luego de que se conozca qué presidente y qué Congreso llegan en 2018.

Por otro lado, en el tema económico, cuestión en la que no le fue bien estos 365 días al país, pronosticó que para los últimos meses de su gobierno están dadas las condiciones para que se retome el crecimiento de otros años.

Sobre el escándalo de Odebrecht, dejó entrever que, según su visión, ese fenómeno no se presentó en Colombia con la misma proporción que sí lo hizo en países como Ecuador o Perú.

Al Caribe dijo tenerlo en un lugar especial de su corazón, razón por la que el dinero invertido en la región se aumentó. “En política, el amor se expresa en inversiones”, dijo. Por último, prefirió no pronunciar mayor palabra con relación al panorama de las elecciones del próximo año y a la situación de su partido, La U.

P. ¿Cuál es el balance del primer año tras la firma del Acuerdo?

R. Ha sido un año de transición porque pasamos del logro de un acuerdo con las Farc para terminar el conflicto armado al complejo desafío de ponerlo a andar y construir paz.

Hay grandes logros como por ejemplo el desarme de esta antigua guerrilla -avalado y certificado por las Naciones Unidas–, el inicio de los programas de desarrollo para los territorios más afectados por el conflicto, y la aprobación de las normas para implementar el acuerdo, incluyendo las de la Justicia Especial para la Paz.

Además –y muy importante– es que se han salvado miles de vidas. Hoy la tasa de homicidio es la más baja en las 3 últimas décadas –de 24 por cada 100 mil habitantes–, en 310 municipios del país no se registraron homicidios este año, y hay menos casos de extorsión, terrorismo y hurto.

Somos los primeros en reconocer que aún falta mucho por hacer, pero vamos por buen camino.

No han faltado problemas y dificultades. Ha habido demora en la aprobación de otras normas necesarias para implementar el acuerdo y hay disidencias que decidieron seguir delinquiendo –a quienes les va a caer todo el peso de la ley y la acción contundente de nuestra Fuerza Pública–.

Pero lo cierto es que por primera vez en 54 años los colombianos conocimos cómo es vivir en un país sin conflicto armado con las Farc.

Las noticias de toma de municipios, combates y desplazamientos ya no hacen parte de los titulares de prensa y eso, a su vez, significa que hoy hay millones de colombianos en las regiones que cambiaron la zozobra de la guerra por la tranquilidad de la paz y la esperanza en un futuro mejor.

El Estado por fin está comenzando a llegar con obras públicas y nuevas oportunidades de desarrollo a las regiones más afectadas por el conflicto armado. Una muestra de eso es que ya hoy hay miles de familias en el programa de sustitución de cultivos ilícitos, se han construido y mejorado más de 2.400 kilómetros de vías terciarias, y hay en ejecución más de 1.300 proyectos de salud, educación y deporte.

Como ya lo he dicho, Colombia –libre ya del conflicto con las Farc– no es un paraíso, pero es un país mucho mejor y más seguro, con más oportunidades que el que teníamos antes.

P. Hace unas semanas usted y Rodrigo Londoño llegaron a la misma conclusión sobre la implementación del acuerdo, y fue que el vaso estaba medio lleno. ¿En qué ha fallado el gobierno y en qué las Farc?

R. La construcción de paz es un proceso largo y difícil que no se logra de la noche a la mañana.

Nosotros decidimos involucrar a toda la institucionalidad en la implementación del acuerdo, y ha habido avances. El Estado está empezando a llegar a donde antes no llegaba, el desminado avanza y la meta es tener una Colombia libre de minas antipersonal en el 2021.

Aquí lo importante para destacar es que lo fundamental del acuerdo ya se cumplió. Las Farc entregaron sus armas y ya son un partido político… ¿quién se iba a imaginar que esto iba a pasar?

El sistema de justicia transicional está en marcha y, como lo dijo el propio Secretario General de las Naciones Unidas, Colombia es la única buena noticia en materia de paz.

Por supuesto que ha habido retrasos y hemos tenido dificultades que son normales en un proceso tan complejo, pero como usted bien dice en su pregunta, hasta el propio Rodrigo Londoño –que no ha hecho nada distinto que criticar porque ya está haciendo política–, reconoció que el vaso sí está medio lleno y hay que seguir trabajando para llenarlo completamente.

P. ¿De los proyectos que quedaron por fuera del ‘fast track’, cuál le duele más, y qué va a pasar ahora con estos?

R. El fast track se diseñó para las reformas constitucionales. La única que no se aprobó fue la reforma política, y me queda la satisfacción de que logramos sacar adelante las normas más importantes para poner a andar el acuerdo de paz.

También conseguimos la aprobación de leyes claves como las que facilitan la reintegración y la participación política de las Farc, pues son garantía de no repetición de la violencia. Además, la estabilidad jurídica del acuerdo para los próximos años quedó garantizada con el Acto Legislativo 02 de 2017 –aquí también hubo retrasos y algunas modificaciones, pero que no afectan lo fundamental de los acuerdos–.

Enviamos mensaje de urgencia al Congreso para agilizar y dar prioridad a otros proyectos importantes para seguir construyendo la paz.

P. ¿Resultó más fácil la conversación con las Farc que al interior del Congreso?

R. Tuve el privilegio de tener gobernabilidad durante todas las legislaturas. Aprobamos leyes y reformas que nunca hubiéramos imaginado que fueran posibles como, por ejemplo, la Reforma a las Regalías que tanto ha beneficiado a la Región Caribe.

Es lógico y natural que al final de un gobierno, después de más de 7 años, se vuelva más difícil mantener las mayorías en el Congreso porque todos se están preparando para el futuro. Eso, repito, es lógico y natural, pero el inventario de reformas y leyes aprobadas es más que satisfactorio y es un gran legado que le dejamos al país.

P. ¿Hay o no sistematicidad en el asesinato de líderes sociales?

R. Cada asesinato, cada atentado, cada amenaza contra los líderes sociales nos duele, nos preocupa.

Por eso, hemos convocado a todas las instancias del Estado a trabajar unidos para garantizar que caiga todo el peso de la ley sobre los criminales, mejorar sus condiciones de seguridad y evitar que estos hechos se sigan repitiendo.

Estamos trabajando en la recuperación de la seguridad en los lugares más afectados por el conflicto, lo que redunda en entornos más seguros para el activismo político y social.

Les pedí a las Fuerzas Militares y de Policía redoblar los esfuerzos. Adoptamos el Plan Horus, que permite la micro-focalización de 63 mil hombres en las 595 veredas con mayor riesgo. En cada una de ellas habrá un comandante responsable de la tranquilidad y seguridad de la comunidad y sus líderes.

Instalamos un Puesto de Mando Unificado y se creó un grupo élite de la Policía encargado de proteger a los líderes e investigar los atentados en su contra.

La semana pasada adoptamos por decreto un nuevo y más robusto sistema de alerta temprana para prevenir y evitar estos atentados, y vamos a seguir trabajando sin descanso para proteger a los colombianos y, en particular, a los líderes sociales.

P. Las elecciones de Congreso están ad portas. ¿Cuál es el panorama de su partido, La U, sabiendo que analistas han manifestado que una de las sorpresas sería la posible ruptura de la colectividad?

R. Yo no puedo intervenir en política, pero le puedo decir que el Partido de la U seguirá siendo una fuerza importante en el Congreso.

P. ¿De los candidatos presidenciales que están en el partidor, cuál cree que protegería mejor el legado de la paz?

R. La paz de Colombia es irreversible y su construcción es una política de Estado y un compromiso que debemos asumir todos como sociedad.

P. En Ecuador y Perú los altos mandos del Ejecutivo están en vilo por el tema de Odebrecht, ¿qué está pasando en Colombia? ¿Falta actuación de la Fiscalía, o aquí no se presentó en tal grado el problema?

R. Es lo último que usted menciona en su pregunta. En mi gobierno Odebrecht se presentó a más de 15 licitaciones y no ganó ninguna.

La Fiscalía colombiana fue la que actuó con más rapidez y eficacia. Pudo comprobar rápidamente quiénes fueron las personas que recibieron sobornos, y ellas están condenadas o en juicio. Espero, como lo he dicho tantas veces, que esta investigación termine lo más pronto posible para dejar este capítulo atrás.

Lo que es importante destacar –como lo han dicho varios analistas–, no es que haya más corrupción sino que afortunadamente se está visibilizando, se está destapando, y esa lucha hay que continuarla.

P. La Región Caribe fue fundamental para su reelección, ¿cómo se benefició esta parte del país?, y ¿a qué se debió el apoyo?

R. A la Región Caribe le ha ido muy bien en mi gobierno. Yo llevo a esta región en un lugar muy especial de mi corazón y, como en la política el amor se expresa con presupuesto, en estos 7 años le hemos invertido al Caribe cerca de $69 billones –el triple de lo que les llegó entre 2002 y 2010.

Gracias a eso, hoy más familias del Caribe colombiano viven mejor. Logramos que 1 millón 140 mil personas salieran de la pobreza –lo que casi equivale a toda la población de Barranquilla–, y que más de 700 mil caribeños tuvieran empleo –que es casi tres veces la población de Sincelejo–.

También les cumplimos el sueño de tener casa propia a casi 40 mil de las familias más pobres del Caribe –de hecho, es la región que más se ha beneficiado con las casas gratis–, y entregamos 26.600 viviendas rurales.

El número de personas con servicio de gas natural llegó a más de 1 millón 760 mil –un aumento del 40%– y, mientras que en 2010 no había municipios conectados a redes de fibra óptica, actualmente hay 130 municipios conectados.

Gracias al programa De Cero a Siempre más de 380 mil niños están recibiendo atención integral, y cerca de 7 mil jóvenes pilos de bajos recursos están estudiando gratis en las mejores universidades.

Pero ellos no son los únicos que han cumplido el sueño de entrar a la universidad. Entre 2010 y 2016, 122.900 jóvenes más accedieron a educación superior.

Además, les recuerdo un par de obras que están andando y que le van a cambiar la cara al Caribe: la construcción del Puente Pumarejo y el Viaducto sobre la Ciénaga la Virgen.

P. La inseguridad en la Costa se ha convertido en un problema creciente. En tiempos de posconflicto, ¿cómo ayudará el Gobierno nacional a las autoridades y administraciones locales para dar solución pronto al tema?

R. El fin del conflicto con las Farc abre la oportunidad para que la Fuerza Pública concentre sus esfuerzos en la seguridad ciudadana.

Permítame darle unas cifras muy importantes de lo que ha sucedido en Barranquilla. Por primera vez en muchos años, en la noche de Navidad y el 25 de diciembre no se presentó ni un solo homicidio, según el reporte entregado por la Policía.

Todos los indicadores muestran reducciones importantes durante el 2017 en la capital del Atlántico. Por ejemplo, los homicidios cayeron 9% –hubo 36 casos menos que en 2016–, el hurto al comercio bajó 25%, el robo de motos también bajó un 9%, y las extorsiones bajaron 33%.

Sin embargo, sabemos que esto no es suficiente y somos conscientes de la necesidad de redoblar los esfuerzos para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Por eso, con el liderazgo del vicepresidente Naranjo, vamos a comenzar una serie de encuentros con la ciudadanía en el Caribe y en todo el país, para escuchar de su propia voz cuáles son sus necesidades más sentidas en la materia.

También vamos a fortalecer el sistema virtual de denuncias y la intervención puntal en los focos identificados.

P. ¿Qué otros logros destaca de su último periodo de gobierno?

R. En estos más de 7 años hemos hecho grandes inversiones para tener un país en paz, con más equidad y mejor educado.

Le doy algunos ejemplos. Durante los últimos cuatro años la educación ha tenido por primera vez en la historia el primer lugar en el presupuesto nacional.

Pusimos en marcha la jornada única que beneficia a más de 500 mil jóvenes, hay 30.500 pilos estudiando gratis en las mejores universidades, la cobertura en educación superior pasó del 37 al 51%, y más de 1 millón 200 mil niños entre los 0 y 5 años reciben atención integral.

Avanzamos en el cierre de la inmensa brecha social. En vivienda, bajamos a la mitad el déficit habitacional. Más de 1.5 millones de hogares tienen hoy casa propia, 100.000 familias en condición de vulnerabilidad, que no tenían la más mínima posibilidad de acceder a una vivienda digna, recibieron una casa gratis

Además, logramos que por primera vez 6 millones 300 mil colombianos tengan agua potable y 7 millones tengan acceso a servicio de alcantarillado. Hoy cerca de 3 millones de colombianos tienen gas natural domiciliario y 159 mil hogares energía eléctrica.

Hemos generado más de 3 millones de empleos –la mayoría de ellos formales– y, a pesar de las dificultades, hemos mantenido el desempleo en un dígito, algo que no era común en Colombia.

Y qué decir de nuestra infraestructura de transporte. La misma Cámara Colombiana de Infraestructura ha calificado como una verdadera revolución lo que hemos hecho y ha celebrado los avances nunca antes vistos en el sector.

Hoy tenemos una nueva institucionalidad que renovó la capacidad del Estado para iniciar grandes obras. Adjudicamos las vías de cuarta generación –5.800 kilómetros–, construimos 1.500 kilómetros de nuevas dobles calzadas –una cifra récord en nuestro país–, intervenimos 51 aeropuertos y hemos hecho grandes inversiones en puertos.

P. ¿Qué metas cumplirá de aquí al próximo mes de agosto, cuando finaliza su gobierno?

R. A pesar de que seguimos generando empleo y reduciendo la pobreza, no podemos sentirnos satisfechos mientras más de 10 millones de colombianos sigan siendo pobres y más de 2 millones de personas sigan desempleadas.

Por eso vamos a seguir trabajando hasta el último día de mi gobierno con el mismo impulso que teníamos al comienzo, para aumentar y consolidar los logros de los programas sociales.

Tenemos pendiente la entrega de 30 mil viviendas gratis adicionales y cumplir la meta de 30 mil aulas escolares construidas o renovadas. Vamos aumentar el número de pilos a 40 mil y la cobertura del programa De Cero a Siempre a 1 millón 500 mil niños.

En 2018 esperamos llegar a una cobertura de educación superior del 57% –es decir, de 20 puntos porcentuales más que la de 2010–.

Y también, vamos a seguir dando impulso a las obras de infraestructura –entre ellas, por ejemplo, la del Puente Pumarejo que beneficiará a nuestro Caribe–.

P. ¿Cómo afrontará el reto de recuperar el ritmo de crecimiento que tenía la economía, a casi 8 meses de terminar su mandato?

R. Las condiciones están dadas para que el próximo año podamos crecer más de lo que crecimos este año, y así lo señalan analistas y organismos internacionales.

Los cierres financieros de los proyectos de 4G que se van a realizar en los próximos meses tendrán un impacto positivo sobre la economía, porque el inicio de esas obras pone a rodar a muchas industrias.

El sector del turismo seguirá siendo una fuente importante de divisas, de inversión extranjera y empleo. La paz, a propósito, tiene mucho que ver con ese repunte y también con el del PIB agropecuario que en el tercer trimestre del 2017 creció más del 7% –muy diferente al del mismo periodo del 2016, que fue de menos 1,7%–.

También es importante destacar que a septiembre de 2017 las exportaciones colombianas mostraron un crecimiento del 19% respecto al mismo período de 2016.

Aunque no se puede ocultar que este año la economía no tuvo el desempeño que esperábamos, hay muchas razones para ser optimistas de cara a 2018.

Fuente: https://www.elheraldo.co/politica/lo-fu ... tos-442324
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