Informalidad laboral: Por fin la verdad

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Darloup
 
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Informalidad laboral: Por fin la verdad

Message : # 8893Message Darloup »

Por Álvaro De la Espriella

Hace pocas semanas el Gobierno nacional por fin se decidió a revelar cifras reales, estadísticas auténticas, sobre el grado de desempleo del país, uno de los factores de mayor angustia y preocupación de los colombianos. A través de las entidades oficiales respectivas se estableció que en Barranquilla la informalidad llega al 56%, la más alta de todo el país, con el agravante de que muy posiblemente aumentará en poco tiempo porque cada día más las empresas productivas industriales, comerciales y de servicios reducen sus presupuestos de costos oprimidas por la intensidad de la tributación directa e indirecta, descenso en los estímulos crediticios, aranceles más altos en importaciones, mercados más cerrados por la competencia asiática y la mano de obra por aquel oriente mucho más barata.

La situación de ese 56% de informalidad no es empleo, como por muchos años el Gobierno pretendió identificarlo. Hay que distinguir: una cosa es empleo y otra cosa es ocupación. La primera es la consolidación de un estado laboral protegido por la Ley, que implica una contabilidad registrada de costos, contratos bajo las singularidades existentes, ingresos a nóminas que incluyen cotizaciones a pensión, salud y otros beneficios. Ocupación es el producto de la inventiva personal sin ninguna clase de protección del Estado y por supuesto bajo nulas condiciones de seguridad social –si acaso– débiles amparos como el del Sisbén que fue y seguirá siendo un gran paso de protección social para las clases menos favorecidas.

No estamos inventando nada nuevo, ni lo que afirmamos pretende ser una antología de la radiografía social de nuestro país. Es una realidad escueta que vemos a diario. Pero quienes no quieren ver esa realidad son los propios gobiernos que se engolosinan con anuncios furtivos de cualquiera nueva empresa que abra sus puertas o multinacionales que llegan a imponer nuevos estilos productivos y creen, los funcionarios de turno, como los ciegos y sordos que tenemos en estos momentos al frente de los destinos públicos, que estos nuevos inversionistas solucionan la pobreza del 19%, la miseria del 12%, la informalidad que registramos del 56%, las calles abarrotadas de mendigos, el robo por hambre galopando ante la ola de impunidad, todo ello por la falta de oportunidades que tiene en el país un solo arquitecto: el inoperante Estado que no crea las oportunidades laborales a través de su ceguera social.

Esa ceguera social está condicionada a un sistema amarrado donde se abren cada día más las brechas diferenciales entre ricos y pobres y así lo testifican los veedores internacionales que certifican la desigualdad colombiana.

Colocándonos en el promedio de ser uno de los países más inequitativos del mundo. Por otro lado, la ocupación informal no cotiza en ningún rubro de equilibrio socio-económico y esa distancia le imprime anemia al sistema pensional, desequilibra absolutamente la estructura integral de salud, crea más barrios y comunas sin servicios, aumenta la necesidad del robar para comer y la misma tributación que tanto defiende el Estado se queda casi siempre en una configuración famélica. Vale la pena preguntarnos los colombianos: ¿Hasta cuándo vamos a seguir eligiendo ineptos para enderezar el camino?

Fuente: https://www.elheraldo.co/columnas-de-op ... dad-497854
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