Monstruos

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Darloup
 
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Message : # 7681Message Darloup »

Por Claudia Ayola

A principios del dos mil trabajé en un hospital infantil. Estuve allí por tres o cuatro años. Los médicos estaban concentrados en curar enfermedades y les importaba un comino esos otros asuntos psicológicos. La salud mental era la sillita de atrás del salón de clases. El maltrato infantil no era un problema para la mayoría de los pediatras, mucho menos lo era para el resto del mundo. Las oficinas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se desentendían de los casos desde el viernes al medio día. Un día me fui de allí, pero alcancé a ver a muchas Yulianas. No salían en el periódico, o sí. Qué importa. Igual, cuando se vuelven noticias se vuelven solo eso. Nada cambia. Yuliana ahora es el retrato de una novela policíaca, pero la gente que hoy está consternada seguirá haciendo lo mismo y pensando lo mismo.

Ese es el problema, una niña de siete años fue raptada, violada y asesinada, y el mundo seguirá siendo idéntico. Igual de depredador. Cuando un monstruo se revela en los medios de comunicación por la noticia de su masacre, la opinión pública pide su cabeza. La multitud enardecida lo espera y le lanza objetos, la gente quiere lincharlo y una masa indignada suplica justicia con la esperanza que los otros presos en la cárcel lo violen y torturen. Todos son buenos. Nadie ha tolerado jamás el abuso y la violencia. Ninguno es el monstruo. El monstruo es solo él. Muerte al monstruo. Cierran el periódico, dan la vuelta, y se quitan las máscaras. Los pobres otra vez vuelven a ser solo eso, gente que vale menos. Las niñas ni las mujeres importan. Otra vez admiran los valores que le alimentaron la psicopatía a Uribe Noguera y que lo llevaron a ensañarse con Yuliana.

Hartos de la violencia, pidiéndole a Cristo que meta su mano, dan la vuelta y son otra cosa. Una mujer amenazaba con saltar desde el piso 12 del edificio El Conquistador, en el reconocido sector El Laguito de Cartagena. Los buenos, los indignados por el caso de Yuliana, vueltos ahora monstruos de otra especie, animaban a la mujer a saltar. Los comentarios en las redes sociales y en el pie de la noticia de la prensa eran del mismo talante. “Mátate, salta de una vez y deja de hacerle perder tiempo a la gente” La indolencia y la crueldad aumentó cuando supieron que era una mujer transgénero.

​Esos son los buenos de Colombia somos más. Esos que defendemos la vida del embrión, pero deseamos la muerte de aquello que no corresponde a nuestro sistema de valores. Eso somos. Admiramos gente como el asesino de Yuliana y estamos del lado de su hermano en el intento de quitarle la tierra a los campesinos para favorecer los intereses de los poderosos. Le decimos “india” con desprecio a una mujer popular, para luego darnos golpes de pecho por la niña de origen indígena. Amamos el poder. Lo admiramos hasta el delirio. Somos eso que tanto despreciamos. Unos monstruos también.

Fuente: http://www.elheraldo.co/columnas-de-opi ... uos-310204
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