El Catatumbo: sin balas y sin estigmatizaciones

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Darloup
 
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El Catatumbo: sin balas y sin estigmatizaciones

Message : # 4890Message Darloup »

Por javier Ortiz C.

La indefensión del pueblo, en el Catatumbo, pasó de ser mal de todos los días a un símbolo evidente de desesperanza cuando los paramilitares mataron al Defensor del Pueblo, Iván Villamizar.

Su insistente preocupación manifiesta sobre esta región fue silenciada a balas, como suelen imponerse los silencios en Colombia. El asesinato de Villamizar, en febrero de 2001, hizo parte de la maquinaria perversa que desterró a los defensores de derechos humanos de la región del Catatumbo y que continuó el sepulcro del pueblo condenado al olvido, la sangre y la miseria.

Colombia ha sido la escuela que ha demostrado que la ausencia del Estado desata tormentas en los territorios. Lo hemos aprendido con sangre repetidamente. Cuando el Estado no aparece, un “Para Estado” toma el control de la zona y se legitima como autoridad, sin importar el color del fusil que carguen en la mano.

Ahora que los campesinos del Catatumbo se levantan, no se levantan por las políticas ineficientes del gobierno actual, se levantan por muchas décadas de absoluto olvido. Resulta cínico concluir que tantos años de ausencia estatal, que tantos problemas estructurales, admiten una respuesta armada contra campesinos que protestan con piedras en la mano.

La eventual infiltración de actores armados en la protesta campesina, no debe desviar la atención. El problema de fondo va mucho más allá y mal haría el gobierno Santos estigmatizando a campesinos que pelean por lo justo. Con o sin guerrilleros alimentando la hoguera del Catatumbo, los campesinos deben ser tratados con la decencia de un Estado que debe reconocer públicamente que por años sólo se acordó de esta región para contar muertos.

Estigmatizar la protesta campesina del Catatumbo no es una estrategia aceptable. La región ha estado infiltrada por años de la carroña, por la ilegalidad, por la maquinaria asesina de los paramilitares, por los nidos de guerrilleros, por las bandas criminales. Es tonto hablar de infiltraciones en este momento, cuando a nadie le importaron las infiltraciones por décadas que desplazaron a miles de labriegos de sus tierras, violaron mujeres, masacraron, y condenaron al pueblo al olvido.

El monstruo que el gobierno quiere hoy señalar en el Catatumbo, es el monstruo que alimentó el Estado con su olvido. Las políticas de erradicación de coca no pueden despreciar las lógicas del contexto y las dinámicas económicas y sociales de la región. El Catatumbo exige una mirada especial, y el gobierno Santos tiene la oportunidad de dársela. Las medidas represivas sólo alimentan el resentimiento y el poco reconocimiento de la legitimidad del Estado. Los problemas del Catatumbo no se solucionan asesinando campesinos, señor Juan Manuel Santos, se solucionan con alternativas que adviertan las condiciones históricas especiales del territorio.

Mal haría un gobierno al comprometerse con diálogos de paz en La Habana y darle la espalda a las regiones que requieren su urgente mirada. La paz no solo se discute con guerrilleros empoderados, se discute en los territorios, buscando alternativas estructurales para los campesinos. Sin balas, sin estigmatizaciones.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... nes-116522
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