Unos ríen... otros lloran

[Darloup]

Por Víctor Herrera M.

Nunca antes habíamos vivido un momento que reflejara tan dramáticamente la desigualdad social que existe en nuestro país. Y es que no podemos olvidar que Colombia, de acuerdo al Informe de Desarrollo Humano del Pnud 2.001-2.009, encabeza la lista de naciones más inequitativas de Sudamérica.

Hoy vivimos un momento histórico singular: Por un lado, la “liquidez” de los más profundos y caudalosos ríos de dinero inunda el mercado financiero y provocan verdaderos récords económicos que redundan en el beneficio individual o corporativo de unas pocas personas que ven enriquecer sus cuentas particulares en el corto, mediano o largo plazo. Por el otro, el más cruel invierno de los últimos tiempos que alimenta los ríos que se desbordan y generan verdaderas catástrofes inundando poblaciones enteras y arrasando miles de hectáreas cultivadas, provocando a su paso la desgracia, desolación y ruina de millones de personas.

En efecto, de una parte observamos en el campo financiero que el Banco de la República está comprando “por lo menos” 20 millones de dólares diarios, “por al menos” 4 meses, para contrarrestar la caída del dólar y así beneficiar a los exportadores del país. A su vez, la Bolsa de Valores de Colombia ha alcanzado, por primera vez, niveles superiores a los 16 mil puntos (y aumentará con la fusión con las bolsas de Perú y chile). De tal suerte, que este año las acciones de muchas compañías han obtenido niveles de valorización por encima del 50 por ciento. Y qué decir de las resonantes colocaciones de bonos de deuda corporativos que este año han logrado la cifra, sin precedentes, de más de ¡14 billones de pesos…! uno de los casos más sonados fue el de Davivienda, que captó un poco más de 400 mil millones de pesos, pero su emisión fue demandada en más de 13 veces..! Y Ecopetrol que estableció un nuevo récord: acaba de obtener un billón de pesos por medio de bonos pero el mercado le demandó el triple, es decir 3 billones de pesos…!!.

Al mismo tiempo, asistimos a la más cruel ola invernal que recuerde el país, precedida por el denominado fenómeno de ‘La Niña’, que ha ocasionado trágicos desastres, cuyas pérdidas apenas empiezan a ser cuantificadas: según datos oficiales, más de 170 muertos, 225 heridos, 19 desaparecidos y el Presidente de la República ha calculado, recientemente en Barranquilla, que el número de damnificados llega a 2 millones (4 veces la cifra que cobró la tragedia del eje cafetero hace 11 años). Lo más grave: el 70 por ciento de todo está ocurriendo en el Caribe colombiano.

Por eso, hoy son cotidianas en nuestra Región - La Mojana sucreña, la depresión monposina y el Sur del Magdalena, Cesar o Atlántico - las imágenes de miles de familias (niños, ancianos, hombres y mujeres) saliendo despavoridas de las poblaciones que habitaron toda su vida, viendo cómo se inundan y desaparecen sus viviendas, cultivos y crías, sin saber hacia dónde van. Teniendo como refugio provisional, en el mejor de los casos, un salón de clases de algún colegio público, pero sin tener la más remota idea de cuál será su futuro.

Pidámosle hoy a la Virgen, al encender las velitas, por nuestros hermanos damnificados, pero no olvidemos entregarles también algo de todo lo que Dios nos ha dado.

Fuente: http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/B ... Seccion=52