La desigualdad es una pandemia

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La desigualdad es una pandemia

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Por Cecilia López Montaño

Con esta frase el economista colombiano José Antonio Ocampo abrió la discusión que el nuevo Centro Internacional de Pensamiento, Cisoe, ha planteado: cómo lograr un crecimiento económico compartido, distinto a ese modelo tan concentrador de beneficios en unos pocos, como el que impera en el mundo y sobretodo en Colombia. Las cifras que aportó son impresionantes: en las últimas tres décadas del siglo XX, 76% de la población del mundo vive en países con desigualdad creciente, solo 5% en países con desigualdad decreciente (23% en Ocde), 19% sin cambio.

En la primera década del siglo XXI: 60% vive en países con desigualdad creciente y 23% con desigualad decreciente y 17% sin cambio; pero la mejoría es en gran medida reversión de deterioros previos, muchas veces incompleta. América Latina ha vuelto a la desigualdad de 1980 y tiene actualmente, la desigualdad más alta del mundo. Colombia pertenece al grupo que no mejoró su aberrante injusticia social. El tema está en la agenda mundial y economistas como Joseph Stiglitz y Ragu Rajan, afirmó Ocampo, han señalado abiertamente que “la desigualdad es el principal determinante del bienestar y de la movilidad social”. Se reconoce por fin que estas formas de crecimiento que han predominado en el mundo moderno obedecen a políticas públicas más comprometidas con el mercado y la riqueza que con la situación de la gente. Este debate en medio de la crisis mundial donde son los países que impusieron esto modelos del desarrollo los que hoy sufren mas duramente sus consecuencias, plantea el tema de fondo: se requiere entender qué faltó, qué quedó por fuera de las estrategias que han orientado el crecimiento para que hoy se esté frente a semejante situación mundial de la cual no se salvará ningún país, con efectos mayores o menores.

El Cisoe planteó en su primer seminario el 13 de junio, ‘Bases para un nuevo modelo de desarrollo con equidad’, que esta crisis del modelo se da en momentos en que se reconoce que la brecha de género, que la desigualdad entre hombres y mujeres es un grave problema del crecimiento y su abordaje, dijo el actual presidente del Banco Mundial, es hacer “economía inteligente”. Quién lo creyera, pero basta mirar su informe Mundial del 2012.

Maria Floro, profesora de American University, una de las invitadas internacionales, resumió la situación en una frase magistral: “(…) hay grandes tensiones entre el incesante deseo del crecimiento de la economía de mercado para responder a la progresiva demanda por bienes materiales, por un lado, y la habilidad de las sociedades para cuidar a su gente y los ecosistemas por el otro”. El Cisoe abrió en Colombia el debate que será trascendental en los próximos años y que deberá responder a la preocupación expuesta por Carlos Lemoine, director del Centro Nacional de Consultoría y organizador con el Dane y el Cisoe de este encuentro internacional y otro de los conferencistas del foro ‘Los economistas no saben lo que no saben’. Demostró cómo decisiones en este campo se toman con un mínimo de información y un poco reconocimiento de lo que no saben. Es decir, que las crisis actuales obedecen a que se han dejado por fuera variables clave relacionadas con la vida de la gente, el cuidado de ella y de la naturaleza.

Es fundamental que esta discusión sobre un nuevo modelo de desarrollo se realice en las regiones colombianas, ávidas de conocimiento y lejanas a muchos debates nacionales.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... emia-71597
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