Colombia, tierra querida

[Darloup]

Por Emilia Sáez de Ibarra

Me parece oírlos. Llegaban corriendo del colegio, gritando imperiosos, pidiendo, ordenando, un florero y la bandera de Colombia para ponerla en la ventana y celebrar “el día que los echamos a ustedes de Colombia”. Y, aunque ese día tampoco se olvidaban, la una, del mango verde con sal, y el otro, del puñado de caramelos apretados en sus manitas manchadas de plastilina, símbolos inolvidables de tanto amor, disfrutábamos juntos el hecho de vivir en una tierra que abre sus brazos generosos a todo el que llega buscando refugio.

Viendo, el último 20 de julio, el desfile del Ejército junto al mar esmeralda de nuestra isla de San Andrés, sentía, cortándome la respiración, el amor de patria. Estos sentimientos también me inundan cuando oigo el himno de España, la tierra donde Dios me nació y puso mil ilusiones en aquella muchachita soñadora de la que creo que, todavía, algo guardo en el corazón.

Este corazón mío, ya para siempre entre dos orillas: la del azul y quieto Mediterráneo y la de este Mar Caribe, de espumas revoltosas que besan cada día las orillas de mi Barranquilla. Cuántos matices de por medio. En esta orilla he vivido las experiencias más profundas de más de la mitad de mi vida. Al compás de mis sueños, mis alegrías y mis dolores, he experimentado también los sueños, las alegrías y los dolores de esta patria querida.

Y cuando en momentos como estos el corazón nada entre nostalgias, me calma sentirme bajo el manto cálido del cariño de mi Barranquilla. Hoy, con el alma revuelta por esas novedades con las que la vida nos asalta cuando menos lo esperamos, en este reciente 20 de julio, yo sí quiero dar testimonio de amor y orgullo de vivir en esta Colombia, tierra querida.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... rida-77126