¿A qué hemos renunciado?

[Darloup]

Por Antonio Celia C.

La única renuncia voluntaria que aún persiste es la que hacemos el día de la primera comunión: “Renuncio a Satanás, a sus pompas y a sus obras”. Las demás renuncias son impuestas, como resultado de las costumbres del mundo moderno, que repudia todo lo tradicional. Renunciamos a los valores; estos ya no cuentan. Renunciamos al derecho a vivir, pues hoy se mata a cualquier precio. Asesinar es una profesión. Renunciamos a la privacidad, pues en las tales redes ‘sociales’ circulan fotos y datos personales sin el consentimiento de la persona, sin medir el daño que puedan ocasionarle. Y no se puede evitar, porque, ¿quién controla a esos indiscretos irresponsables? Renunciamos a los buenos modales. La educación es cosa del pasado, cosa olvidada.

Hoy prima la chabacanería, la vulgaridad. Por la televisión pasan programas que rayan en la pornografía, no aptos para ninguna clase de público, a ningún horario. ¿Y quién controla a las cadenas de TV? Renunciamos a la honra de la persona. Se difama, se calumnia, se acusa hasta de actos delictivos, se juzga a priori, y tanto los medios como la sociedad condenan, para más tarde absolver. Pero, ¿quién restituye un buen nombre? Renunciamos a la tranquilidad, sometidos a altos decibeles y al ruido excesivo de vecinos, sin que haya autoridad alguna capaz de imponer el orden y aplicar sanciones. Es preocupante esta situación. ¿Será esta la herencia que queremos dejarle a las futuras generaciones?

Se impone un cambio, que debe empezar en el hogar, donde comienza la escuela de la vida. Mientras los padres no se concienticen de esto, nada podremos lograr.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... iado-80879