
Santos marcó como metas de gobierno: desempleo, crecimiento económico, infraestructura, el agro y la salud.
A un año de las elecciones presidenciales, el escenario político nacional está copado de incertidumbres. Para Juan Manuel Santos no será fácil optar a la reelección, pues en lo que le falta de gobierno cualquier decisión que tome será aprovechada por las futuras campañas de los candidatos para darse a notar ante la opinión pública. Así que en su apuesta por el proceso de paz con las Farc y mantener la estabilidad económico-social deberá sortear decisiones de estadista.
Cuando inició su periodo presidencial, Santos marcó como principales metas para sus cuatro años de mandato bajar el desempleo a un dígito, mantener el crecimiento de la economía, invertir en infraestructura, reactivar el agro y reformar la salud. Hoy, el 62% de los colombianos cree que no ha cumplido con sus promesas, de acuerdo con una encuesta de la Revista Semana.
Sin embargo, hay que destacar que logró bajar el desempleo, para el mes de junio la tasa logró un mínimo de 9.2% en relación al mismo mes de los últimos 12 años. Según el gobierno se han creado más de 2 millones de empleos y restan por generar oportunidades para 2.1 millones de colombianos, aunque los avances hay que verlos de forma crítica en un país donde predomina la informalidad (70%).
De acuerdo con el Ministerio de Hacienda, el país logró un crecimiento promedio en estos tres años del 4,9%; mayor de lo previsto dada la crisis económica global, y gracias al rendimiento del sector minero energético, que compensó —solo en ingresos mas no en empleo y calidad de vida de los colombianos— la pérdida del dinamismo industrial.
Los principales obstáculos los ha encontrado en infraestructura, agro y salud. La ejecución de las obras de infraestructura ha limitado la competitividad de la economía nacional, y la capacidad de integrar un país geográficamente complicado. Según un estudio de Fedesarrollo, el país cuenta con un déficit del 30% en infraestructura.
Por parte del agro, su futuro parece estar ligado al proceso de paz, y hoy sigue siendo el sector más problemático. Y la reforma a la salud no logra poner de acuerdo a los partidos de la Unidad Nacional, caracterizada más por intereses privados y lobby político que por programas de desarrollo comunes.
Bajo el mandato Santos el país logró varios hitos económicos, sin que estos estén libres de detractores. Recuperó el grado de calificación de la deuda nacional A3, corto plazo, y BBB, largo plazo; lo que constituye un respaldo a la confianza inversionista. Sacó adelante el TLC con EE.UU., esperado con ansias por la economía nacional durante el largo periodo de negociación.
Restableció las relaciones comerciales con Venezuela. Y reformó la repartición de las regalías minero energéticas. Además, gracias a la reforma tributaria, los ingresos del país pasaron de 65 billones de pesos en 2010 a 100 billones en 2012.
En vísperas de elecciones. El proceso de paz con las Farc y la firma de un posible acuerdo de paz marcará no solo el futuro del país sino también del nuevo presidente. “Así como es posible que este se firme antes de las elecciones y por lo tanto el nuevo presidente deba encargarse de su ejecución y cumplimiento, también puede pasar que no se llegue a lo deseado y el escenario político cambie a uno de escepticismo, enfrentamiento y replanteamiento de fuerzas entre el estado y el grupo guerrillero”, afirma Alexandra García, profesora de Derecho y Ciencia Política de Uninorte.
No solo los diálogos de La Habana condicionan la permanencia del primer mandatario en el poder; la inestabilidad social en las regiones periféricas y los cada vez más frecuentes paros y bloqueos serán claves en el cambio de percepción de la ciudadanía.
Para García, el estado no ha sido capaz de resolver decididamente los conflictos sociales que se han presentado, por lo que el país se ha visto paralizado por manifestaciones y demandas ciudadanas. “El gobierno de Santos ha mostrado debilidad en su capacidad de respuesta y ha sido parcialmente capturado por estas dificultades”.
Si el gobierno desea asegurarse la reelección, deberá trabajar en los próximos meses en: destrabar la ejecución de los proyectos de infraestructura, mejorar las relaciones con las agremiaciones y los principales sindicatos del país, y llegar a las regiones que se sienten abandonadas y ya han encontrado en las manifestaciones y bloqueos una forma de hacerse sentir. Hoy parte con una aprobación del 50% de sus tres años por parte de la ciudadanía, según la encuesta de Semana.
Una oposición de derecha
Al panorama de incertidumbre que enfrenta Santos se suma la oposición del expresidente Álvaro Uribe, en cabeza de la derecha colombiana. Carlos Guzmán, profesor de Ciencia Política y Gobierno de Uninorte, opina que la excesiva intromisión de un expresidente en los asuntos del gobierno es un fenómeno propio de la democracia colombiana; pues los expresidentes de cualquier sistema democrático dedican su tiempo a otros menesteres.
“Tradicionalmente la oposición en Colombia está reservada para sectores minoritarios y de izquierda; pero la oposición que enfrenta hoy el gobierno es la derecha, tanto dentro como fuera del Congreso”, dice Guzmán. Pese a esto, hoy la Unidad Nacional mantiene la mayoría en el Congreso, por lo que no habrá dificultad para aprobar iniciativas claves del gobierno tanto en temas económicos como de paz. Todo indica que Santos, de ser reelegido, no tendrá que sortear un congreso opositor.
Fuente: http://www.elheraldo.co/noticias/politi ... tos-121288


