Dickens sigue vivo (trabajo infantil)

Règles du forum
Soyez courtois ! / Recuerde ser cortés
Vous pouvez poster vos messages en espagnol / Puede publicar sus mensajes en español
Répondre
Avatar de l’utilisateur
Darloup
 
Administrateur/Administrador
Grand Maitre Gourou/Gran Maestro Gurú
Grand Maitre Gourou/Gran Maestro Gurú
Messages : 7100
Inscription : 20 sept. 2008, 01:39
Prénom : Henry
Sexe : Masculin
Emplacement : Barranquilla (Colombie)
Contact :

Dickens sigue vivo (trabajo infantil)

Message : # 5142Message Darloup »

El número de niños trabajadores en Colombia ha bajado de 1,4 a 1,1 millones en dos años. En Barranquilla ha descendido de 26.000 a 12.000 en el mismo período. Se trata de una reducción notable, pero el problema sigue siendo muy preocupante.

En su libro ‘23 cosas que no te dicen sobre el capitalismo’, el prestigioso conferencista de la Universidad de Cambridge Ha-Joon Chang sostiene el argumento de que eso que llaman libre mercado en realidad no existe. Que el mercado, en la vida real, está lleno de trabas, muchas de las cuales han sido introducidas por el propio avance de la civilización y que a muy poca gente se le ocurriría hoy cuestionarlas, a riesgo de ser calificada de retardataria.

Pone como ejemplo el profesor Ha-Joon el trabajo infantil. Sostiene que un mercado auténticamente libre debería permitir que los niños que lo deseen puedan trabajar mientras haya empresarios que los contraten. Recuerda el encendido debate que se produjo en el Parlamento británico en el siglo XIX cuando se tramitó un proyecto de ley para impedir la contratación de menores... ¡de ocho años! Los defensores a ultranza del liberalismo económico alegaron entonces que el Estado no era quién para interferir en lo que era una negociación laboral libre entre dos partes.

Por fortuna, aquella ley prosperó, y con el tiempo se le sumaron otras que protegieron cada vez más a los niños, y hoy ni siquiera al liberal más recalcitrante se le ocurriría defender públicamente el derecho de los empresarios a recurrir al trabajo infantil.

Desafortunadamente, todo el vasto cuerpo legal que hoy existe sobre la materia no ha resultado suficiente para erradicar un vieja práctica que con tanta maestría describió el novelista Dickens. En nuestros días es común ver a multitudes de niños desempeñando los más diversos trabajos, casi siempre en condiciones de especial dureza, sobre todo en países en vías de desarrollo.

No hay que ir demasiado lejos: en Colombia, pese a los indudables esfuerzos que se han realizado en los últimos años, se calcula que existen más de un millón de menores entre cinco y 17 años que trabajan, de los cuales casi la cuarta parte no asiste a la escuela ni recibe ningún otro tipo de instrucción. La cifra aumenta a 1,7 millones si se incluyen los menores que trabajan en sus hogares.

En el caso de Barranquilla y su área metropolitana, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar destaca que el número de menores que laboran ha pasado de 26.000 a 12.000 en tan solo dos años. Se trata, sin duda, de una reducción drástica que merece ser objeto de elogio. Sin embargo, la cifra sigue siendo muy alta, por lo que las instituciones concernidas no deben cejar en su esfuerzo para evitar que los niños sean explotados como fuerza laboral.

Existen corrientes de pensamiento que alegan que el trabajo infantil no tiene por qué ser en sí mismo algo deleznable, si se desarrolla en condiciones óptimas, con horarios restringidos, y el niño puede conciliar el trabajo con la asistencia al colegio y con la diversión propia de su edad. El único problema de esta posición intermedia entre la modernidad y los tiempos difíciles de Dickens es que parece ignorar qué es, en la práctica y no en las teorías de salón, el trabajo infantil.

Fuente: http://www.elheraldo.co/editorial/dicke ... ivo-133329
¡El riesgo es que te quieras quedar! ¡Lo sé, porque me quedé!
Le risque est d'y vouloir rester ! Je le sais, parce que j'y suis resté !
Répondre