
Por William González Badillo
¡Apoteósico! ¡Épico! ¡Grandioso! Colombia vuelve a un Mundial luego de 16 largos años y lo hace por la puerta grande, superando los miedos del pasado y dándole un toque de jerarquía a su fútbol. Así como en la época dorada de los 90, hoy volvemos a disfrutar de una generación exitosa que le devolvió la alegría y la ilusión a un pueblo que sufrió hasta la saciedad, pero que jamás dejó de soñar.Y no podía ser otro el final. Ayer el estadio Metropolitano vibró, producto de un cúmulo de emociones, con el empate 3-3 entre dos de las mejores selecciones del continente. Colombia y Chile no dejaron espacio para el aburrimiento, por el contrario, le regalaron al público barranquillero un espectáculo digno, lleno de lucha, entrega y sacrificio.
La selección austral llegó a La Arenosa con una misión clara: obtener un triunfo que les permitiera la clasificación directa al Mundial de Brasil 2014. Y estuvieron a un paso de lograrlo, pero una reacción valiente de la tricolor, en la etapa complementaria, los dejó rojos de la ira.
Primer tiempo. Arturo Vidal, un volante moderno, lleno de fútbol y mucha jerarquía, fue el director de la orquesta chilena en la etapa inicial. De su mano, los australes se apoderaron de la pelota y comenzaron a practicar el fútbol rápido y efectivo que tanto les gusta.
Al minuto 19, el arquero David Ospina derribó dentro del área a Eduardo Vargas y el árbitro brasileño Paulo de Oliveira no dudó en sancionar el tiro penal. Arturo Vidal fue al cobro y lo transformó el gol.
Dos minutos más tarde, un centro de Valdivia, a media altura, se paseó dentro del área y encontró a Alexis Sánchez, que definió ante la salida del arquero Ospina.
El Metro, que no creía lo que sucedía, recibió una tercera bofetada con otro tanto del delantero del Barcelona de España, Alexis Sánchez. Stefan Medina se resbala en la ejecución de un tiro de esquina, Sánchez aprovecha el error para cabecear solo de palomita, pero el arquero David Ospina rechaza el peligro. El defensor Marco González saca ventaja de la pasiva marca de Mario Yepes y Abel Aguilar y cabecea para dejarle servida la pelota a Alexis Sánchez, que solo tuvo que empujarla al fondo de la red.
El telón de la primera parte se bajó con un 3-0 a favor de los australes y con una selección tricolor cabizbaja y confundida.
Segundo tiempo. La etapa complementaria trajo consigo el renacer de Colombia. Pékerman le dio entrada a Macnelly Torres y a Fredy Guarín y la tricolor encontró con ellos pausa, manejo de pelota y claridad ofensiva. Ambos se unieron con James Rodríguez y desquiciaron a una selección chilena irreconocible.
Teófilo labró el camino del milagro. Al minuto 24, Pablo Armero recuperó una pelota dentro del área chilena, metió un pase atrás y el delantero barranquillero, con pierna derecha, venció la resistencia del arquero Claudio Bravo.
A partir de ahí, el “¡Sí se puede!” “¡Sí se puede!” comenzó a escucharse con más intensidad. La afición, que jamás decayó, ni con el 3-0 en contra, impulsó a sus héroes a conseguir lo que parecía imposible.
El fútbol fue justo y bondadoso. Radamel Falcao García, en dos oportunidades, desde el punto penal, anotó y le dio a Colombia un empate histórico con sabor a victoria.
En Barranquilla, la ‘Casa de la Selección’, se volvió a forjar una nueva clasificación a un Mundial. Los Falcao, los Teo, los James y los Ospina, entre otros, emulan las gestas de los Valderrama, Asprilla y Rincón, y se convierten en los nuevos ídolos de una generación que también está llamada a hacer historia. ¡Gracias, Selección!

Fuente: http://www.elheraldo.co/deportes/apoteosico-128185