El abogado Mauricio Cabeza, el Notario José Joao Herrera y los novios desde España escuchando atentamente.
Les mariages célébrés par correspondance ne sont pas acceptés par les autorités françaises Por Carlos Polo
Los computadores estaban listos, las cámaras sincronizadas, la señal era óptima y fluida. El Messenger esta vez se convirtió en el puente entre dos continentes, en el enlace ideal para que un par de colombianos pudieran concretar el sueño de poder unirse como esposo y esposa en una ceremonia que se concretó en línea y fue presidida por el Notario Primero, Público del círculo notarial de Soledad, a cargo de Joao Herrera.
La ceremonia comenzó a las 10:03 de la noche, hora de España, mientras en Soledad Atlántico eran las 3:03 de la tarde.
En la sala de ceremonias de la Notaria Primera se encontraban el jefe del despacho, Joao Herrera, y el abogado Mauricio de los Reyes Cabeza Cabeza, quien compareció actuando en nombre y representación de los contrayentes Carlos César Caballero Amador y María Elena Anaya Quiroz.
La pareja de enamorados decidió unir sus vidas en matrimonio civil desde la provincia de Cáceres en Extremadura, España.
La figura de los novios proyectada en la pantalla llegaba nítida y con un sonido algo deficiente.
Él, vestido impecablemente para la ocasión con chaqueta negra, traje entero y corbata, escuchó emocionado las indicaciones del Notario al amparo de una bandera colombiana, y un arco nupcial blanco adornado con flores rosadas con amarillo.
A su lado, ella lucía un elegante vestido naranja y sostenía la mano del que hasta ese momento no pasaba de ser el padre de sus dos hijos y la persona con la que compartía sus días. La tarde del miércoles en Colombia y noche en España, Carlos César y María Elena, se convertirían ante los ojos de la ley y en su tierra natal en legítimos esposos.
El novio, de 46 años comerciante y natural de Barranquilla y ella ,de 26 años, esteticista y nacida en Bucaramanga, residen temporalmente en España y tienen su domicilio en Soledad.
Los novios aseguraron que se interesaron en casarse de esta manera particular porque era la mejor forma de legalizar su situación como pareja en su país, sin necesidad de viajar, a su vez la ceremonia simbolizó para ambos un acercamiento a sus orígenes y a su tierra.
“Presentado el poder, debidamente autenticado y apostillado con todos los trámites internacionales que esto requiere y aceptado por el doctor Mauricio de los Reyes Cabeza, aquí presente, para representarlos a los dos y la existencia de los dos poderes y que ustedes han coincidido por mutuo acuerdo que sea él quien los represente a los dos, vamos a dar inicio a la ceremonia”.
La voz del Notario se alcanzó a escuchar en el recinto, mientras los novios escuchaban atentos. Mirándose a los ojos y tomados de la mano, asentían de una forma casi devocional a cada una de las palabras que Herrera les iba recitando. El Notario, revestido con su autoridad y como experto maestro de ceremonias los invitó a la lectura de los votos que ambos recitaron como breves poemas de amor y con una especie de fervor místico a pesar que el escenario donde convergían las partes no era más que un par de pantallas de computador. “Yo, María Elena Anaya Quiroz me entrego a ti, Carlos César Caballero Amador, como tu esposa y te recibo como mi esposo y prometo amarte en la alegría y en el dolor, en la pobreza y en la prosperidad…”, recitó sus votos la novia.
Con la guía del Notario, procedieron al intercambio de anillos que sellaron con un beso que desató aplausos en Extremadura y en Soledad.
Luego, el Notario les formuló la pregunta de rigor: si se aceptaban como legítimos esposos a lo que cada cual respondió con un rotundo sí.
“En nombre de la República de Colombia y en ministerio de la ley, los declaro marido y mujer”, afirmó Herrera, mientras la salva de aplausos no se hizo esperar. Con el beneplácito de todos los asistentes, se procedió a firmar la escritura pública de parte del abogado Mauricio Cabeza, en representación de los novios.
Del otro lado de la pantalla los novios fueron abrazados por sus amistades y familiares mientras brindaban en copas de cristal por ese vínculo que se había sellado ante la ley y en su país de origen.
El Notario aseguró que esta modalidad de ceremonias se viene impulsando desde hace tres años en la Notaría Primera de Soledad como una manera de facilitarle las cosas a parejas que se encuentran muy distanciadas entre sí, o lejos del país. Herrera afirmó que el primer año se concretaron solo 2 matrimonios y en el año siguiente 8 y en lo que va del 2012 van 4. “Nosotros somos pioneros realizando este tipo de ceremonias. Ellos están legalmente casados y ninguno de los dos se puede volver a casar en el país sin tramitar el divorcio”, aseguró el Notario.
Mientras ,Carlos y María Elena agradecían desde España y aseguraban que dentro de escasos dos meses celebrarían una ceremonia religiosa en Sevilla para quedar casados ante la ley y ante Dios.
Fuente: http://www.elheraldo.co/local/en-soleda ... clic-62388
