¡Vamos al colegio!

Por Antonio Celia

Una mirada que mata; seductora, penetrante, como de tigre en celo con ganas de comerse a alguien. El pelo alborotado, acabada de levantar sin haberse peinado la larga melena que le llega hasta el ombligo. Un ajustador (perdón esa palabra ya no se usa) quiero decir: un diminuto brasier que a duras penas le cubre los ‘botoncitos’ y muestra en toda su magnitud las exuberantes vejigas que ahora están recogiendo del mercado por mala calidad.

El retacito de tela que cubre aquellas partes que según la historia fueron la perdición de Eva en el Paraíso, es un triangulito decorado según la ocasión: con motivos playeros y hasta con lentejuelas y marimondas para época de carnaval. Las piernas descubiertas, mostrando sus encantos y la boca con el labio inferior caído en forma casual, sensual, como pidiendo besos. Obviamente, parece la publicidad de algún producto para seducir hombres o de un perfume pachulí o arrebatamachos.

Pero no hay tal, porque es la portada de algunos de los cuadernos que ahora llevan los niños al colegio. Es la nueva moda, lo que el mundo necesitaba porque, según una de las modelos, ella es: “una compañera más de los alumnos, y posa para darles inspiración y mayores razones para ir al colegio”. Qué interesante esta novedosa teoría: ahora los niños necesitan razones, inspiración y estímulo sexual para ir al colegio! ¡Qué ignorantes hemos sido! ¿Cómo pudimos perder cientos de años colocando ‘equivocadamente’ imágenes sonsas de muñequitos, Supermanes o de la Santísima Virgen en la portada de los cuadernos, todas cosas ‘inadecuadas’ para la formación de un niño?

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... egio-56398