De segunda en primera
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De segunda en primera
Por Javier Darío Restrepo
La historia de un guardaespaldas que se negó a pagarle a una prostituta cartagenera ha desplazado en importancia a temas como los resultados de la Cumbre de las Américas, o la reforma judicial con su punto sensible de la Justicia Penal Militar; o la decisión de devolverle a la Contraloría las investigaciones sobre el carrusel de pensiones de los magistrados, o la crisis de la economía española, agravada por las consecuencias que tendrá la decisión de la presidenta Fernández sobre la petrolera YPF.
Estos temas palidecieron en las emisiones de Caracol y RCN, en donde el tiempo para las noticias importantes fue absorbido por el folletín sobre los guardaespaldas del presidente Obama.
En los medios profesionales, cuando se decide dedicarle tan generosa porción del espacio informativo a un tema, se debate su valor noticioso, es decir, su relación con el interés público. Aquí es donde comienzan las dificultades: ¿qué es interés público?
Que no es lo mismo que curiosidad pública. Esta es la que forma colas interminables de autos cuando hay un accidente en la vía, porque la curiosidad pública frena para ver los detalles, sobre todo si hay muertos o heridos. La curiosidad pública presiona para saber de quién está enamorada Shakira, y compra periódicos y revistas que informen sobre el apasionante romance.
Pero vuelvo al consejo de redacción de un medio inteligente. Allí se establece que el buen periodismo no se hace para entretener a nadie; ni para excitar o responder a la curiosidad pública, sino para promover y fortalecer el interés de todos por lo que es de todos.
¿Se aplicó ese criterio al tema del escándalo del guardaespaldas que no le pagó sus servicios a una prostituta? Hay que admitir que había en ese hecho los elementos para un escándalo fácil:
prostituta de por medio, con toda su obvia connotación sexual; agentes de seguridad, que le dan al tema un aire de novelón barato, que se convierte en folletín de conspiración internacional si los agentes hacen parte del cuerpo de seguridad del Presidente de los Estados Unidos; además había chulos al asecho que reclamaban su parte del negocio; y para abundar, el tema tiene el viso demagógico y nacionalista de Cartagena como objetivo del turismo sexual.
Ante esa andanada de motivos, ¿cedió el consejo de redacción, si es que lo hubo? Además había un poderoso motivo: la competencia también tenía el tema.
No sé si usted cree que estos dos canales se desvelan por la pretendida ofensa hecha al honor de Cartagena o del país. Yo, al menos no veo a esos canales vestidos con la armadura de los caballeros andantes para desfacer entuertos y defender a damas indefensas.
Creo que este traspié informativo tiene unas explicaciones obvias, aplicables a esa rutina establecida en los dos informativos, con materiales recogidos, preferentemente en fiscalías e inspecciones de policía, sobre los diarios reportes de crímenes, incendios y accidentes como si esa fuera la historia total del país cada día. Todo esto, decía, se explica porque:
1. Informar sobre catástrofes, crímenes y sordideces no requiere gran talento ni para emitir las noticias, ni para recibirlas.
2. Son temas que se asimilan fácil por el organismo mental de audiencias acostumbradas a telenovelas, películas y realities. Por tanto, son noticias que cuentan con clientela fija.
3. Ese público acepta, sin más y sin crítica, cuanto se le sirve en la pantalla. Pase lo que pase allí, siempre se contará con la pasividad del aplauso mecánico o de la risa pregrabada.
Con el cambio reciente de directores de noticias en los dos canales hubo razones para esperar un cambio cualitativo, pero es evidente que en este caso andaban ocupados con los resultados de la Cumbre, mientras sus subordinados los reemplazaban; por eso contrastaron sus espléndidas entrevistas con un material de segunda.
Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... mera-64731
La historia de un guardaespaldas que se negó a pagarle a una prostituta cartagenera ha desplazado en importancia a temas como los resultados de la Cumbre de las Américas, o la reforma judicial con su punto sensible de la Justicia Penal Militar; o la decisión de devolverle a la Contraloría las investigaciones sobre el carrusel de pensiones de los magistrados, o la crisis de la economía española, agravada por las consecuencias que tendrá la decisión de la presidenta Fernández sobre la petrolera YPF.
Estos temas palidecieron en las emisiones de Caracol y RCN, en donde el tiempo para las noticias importantes fue absorbido por el folletín sobre los guardaespaldas del presidente Obama.
En los medios profesionales, cuando se decide dedicarle tan generosa porción del espacio informativo a un tema, se debate su valor noticioso, es decir, su relación con el interés público. Aquí es donde comienzan las dificultades: ¿qué es interés público?
Que no es lo mismo que curiosidad pública. Esta es la que forma colas interminables de autos cuando hay un accidente en la vía, porque la curiosidad pública frena para ver los detalles, sobre todo si hay muertos o heridos. La curiosidad pública presiona para saber de quién está enamorada Shakira, y compra periódicos y revistas que informen sobre el apasionante romance.
Pero vuelvo al consejo de redacción de un medio inteligente. Allí se establece que el buen periodismo no se hace para entretener a nadie; ni para excitar o responder a la curiosidad pública, sino para promover y fortalecer el interés de todos por lo que es de todos.
¿Se aplicó ese criterio al tema del escándalo del guardaespaldas que no le pagó sus servicios a una prostituta? Hay que admitir que había en ese hecho los elementos para un escándalo fácil:
prostituta de por medio, con toda su obvia connotación sexual; agentes de seguridad, que le dan al tema un aire de novelón barato, que se convierte en folletín de conspiración internacional si los agentes hacen parte del cuerpo de seguridad del Presidente de los Estados Unidos; además había chulos al asecho que reclamaban su parte del negocio; y para abundar, el tema tiene el viso demagógico y nacionalista de Cartagena como objetivo del turismo sexual.
Ante esa andanada de motivos, ¿cedió el consejo de redacción, si es que lo hubo? Además había un poderoso motivo: la competencia también tenía el tema.
No sé si usted cree que estos dos canales se desvelan por la pretendida ofensa hecha al honor de Cartagena o del país. Yo, al menos no veo a esos canales vestidos con la armadura de los caballeros andantes para desfacer entuertos y defender a damas indefensas.
Creo que este traspié informativo tiene unas explicaciones obvias, aplicables a esa rutina establecida en los dos informativos, con materiales recogidos, preferentemente en fiscalías e inspecciones de policía, sobre los diarios reportes de crímenes, incendios y accidentes como si esa fuera la historia total del país cada día. Todo esto, decía, se explica porque:
1. Informar sobre catástrofes, crímenes y sordideces no requiere gran talento ni para emitir las noticias, ni para recibirlas.
2. Son temas que se asimilan fácil por el organismo mental de audiencias acostumbradas a telenovelas, películas y realities. Por tanto, son noticias que cuentan con clientela fija.
3. Ese público acepta, sin más y sin crítica, cuanto se le sirve en la pantalla. Pase lo que pase allí, siempre se contará con la pasividad del aplauso mecánico o de la risa pregrabada.
Con el cambio reciente de directores de noticias en los dos canales hubo razones para esperar un cambio cualitativo, pero es evidente que en este caso andaban ocupados con los resultados de la Cumbre, mientras sus subordinados los reemplazaban; por eso contrastaron sus espléndidas entrevistas con un material de segunda.
Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... mera-64731
¡El riesgo es que te quieras quedar! ¡Lo sé, porque me quedé!
Le risque est d'y vouloir rester ! Je le sais, parce que j'y suis resté !
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