Test #1
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Test #1
Por Bertha C. Ramos
Hay dos Colombias. Una huele a libertad, tiene el aroma que el viento arrastra desde los parques naturales, desde desérticas planicies, desde el mar que la lame fugazmente; una Colombia que huele a pino y eucalipto en las montañas, a rocío en las selvas del Sur; a ganado en las llanuras y a flores en las sabanas del altiplano. La otra Colombia huele a sangre y a podredumbre. A la primera la disfrutan los turistas y quienes viven en ella temporalmente; también algunos privilegiados y ciertos pícaros legitimados. A la segunda, producto de tantos años de pésimos gobiernos, la sufre el grueso de la población, atrapada entre la violencia y la corrupción. Así mismo hay muchas clases de colombianos. Los hay de distintas razas y costumbres, genio y figura, ética y conciencia. Somos una masa heterogénea, aunque igualada en un estado que resume la anarquía del país: la confusión. Por esto desconocemos cómo somos realmente.
En otros tiempos, las llamadas revistas del corazón publicaban un test cuyo objetivo era que la gente se cuestionara sobre de sí misma. Se me ocurre proponerles a los lectores un ejercicio elemental, a la medida de muchos dirigentes y ciudadanos. Quizá sea una forma de reconocerse y proporcione una idea más clara de a qué clase de colombiano pertenecemos. Como el espacio de esta columna es insuficiente, me limito al papel de ciudadanos, de “Persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes.” El test, según el esquema de revistas como Vanidades, sería el siguiente: ¿Qué tan buen ciudadano es usted?
Se dice que la mayoría de los seres humanos no responden por buena parte de los actos que realizan, sin embargo, a veces ellos dan fe de su íntima condición. Descubra si su conducta en la vida comunitaria podría estar revelando su lado oscuro.
Usted ha sido elegido para gobernar el país, su ciudad, o municipio: a) Entrega el manejo de las instituciones públicas para beneficio personal. b) Responde a los favores electorales otorgando contratos. c) Permite que a sus espaldas sucedan atrocidades. d) Establece una red delincuencial de altos funcionarios. e) Acude a métodos de espionaje ilegal. f) Intenta perpetuarse en el poder.
Usted es un encargado de administrar justicia: a) Forma parte del cartel de abogados y jueces que desfalcan las instituciones. b) Acostumbra dilatar procesos en beneficio de terceros. c) Imputa cargos valiéndose de testigos falsos. d) Es proclive al tráfico de influencias, el soborno y la extorsión.
Usted tiene derechos y deberes al elegir a sus dirigentes: a) Cambia su voto por dinero, por ron o por un plato de comida. b) Elige al que sugiere su jefe. c) Apoya al candidato más apuesto y aristocrático. d) Habiéndolo hecho, después se queja durante cuatro años.
Usted tiene facultad para exponer sus pensamientos y refutar lo que piensan otros: a) Utiliza los medios de comunicación para manipular a las personas. b) Se vale de la calumnia. c) Torpedea toda propuesta contraria a sus intereses. d) Reenvía correos insultantes. e) Se subscribe a las personas, no a las ideas.
Para calcular sus resultados, por cada respuesta afirmativa anótese mil puntos y considérese un artífice de la Colombia que huele mal.
Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... st-1-83679
Hay dos Colombias. Una huele a libertad, tiene el aroma que el viento arrastra desde los parques naturales, desde desérticas planicies, desde el mar que la lame fugazmente; una Colombia que huele a pino y eucalipto en las montañas, a rocío en las selvas del Sur; a ganado en las llanuras y a flores en las sabanas del altiplano. La otra Colombia huele a sangre y a podredumbre. A la primera la disfrutan los turistas y quienes viven en ella temporalmente; también algunos privilegiados y ciertos pícaros legitimados. A la segunda, producto de tantos años de pésimos gobiernos, la sufre el grueso de la población, atrapada entre la violencia y la corrupción. Así mismo hay muchas clases de colombianos. Los hay de distintas razas y costumbres, genio y figura, ética y conciencia. Somos una masa heterogénea, aunque igualada en un estado que resume la anarquía del país: la confusión. Por esto desconocemos cómo somos realmente.
En otros tiempos, las llamadas revistas del corazón publicaban un test cuyo objetivo era que la gente se cuestionara sobre de sí misma. Se me ocurre proponerles a los lectores un ejercicio elemental, a la medida de muchos dirigentes y ciudadanos. Quizá sea una forma de reconocerse y proporcione una idea más clara de a qué clase de colombiano pertenecemos. Como el espacio de esta columna es insuficiente, me limito al papel de ciudadanos, de “Persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes.” El test, según el esquema de revistas como Vanidades, sería el siguiente: ¿Qué tan buen ciudadano es usted?
Se dice que la mayoría de los seres humanos no responden por buena parte de los actos que realizan, sin embargo, a veces ellos dan fe de su íntima condición. Descubra si su conducta en la vida comunitaria podría estar revelando su lado oscuro.
Usted ha sido elegido para gobernar el país, su ciudad, o municipio: a) Entrega el manejo de las instituciones públicas para beneficio personal. b) Responde a los favores electorales otorgando contratos. c) Permite que a sus espaldas sucedan atrocidades. d) Establece una red delincuencial de altos funcionarios. e) Acude a métodos de espionaje ilegal. f) Intenta perpetuarse en el poder.
Usted es un encargado de administrar justicia: a) Forma parte del cartel de abogados y jueces que desfalcan las instituciones. b) Acostumbra dilatar procesos en beneficio de terceros. c) Imputa cargos valiéndose de testigos falsos. d) Es proclive al tráfico de influencias, el soborno y la extorsión.
Usted tiene derechos y deberes al elegir a sus dirigentes: a) Cambia su voto por dinero, por ron o por un plato de comida. b) Elige al que sugiere su jefe. c) Apoya al candidato más apuesto y aristocrático. d) Habiéndolo hecho, después se queja durante cuatro años.
Usted tiene facultad para exponer sus pensamientos y refutar lo que piensan otros: a) Utiliza los medios de comunicación para manipular a las personas. b) Se vale de la calumnia. c) Torpedea toda propuesta contraria a sus intereses. d) Reenvía correos insultantes. e) Se subscribe a las personas, no a las ideas.
Para calcular sus resultados, por cada respuesta afirmativa anótese mil puntos y considérese un artífice de la Colombia que huele mal.
Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... st-1-83679
¡El riesgo es que te quieras quedar! ¡Lo sé, porque me quedé!
Le risque est d'y vouloir rester ! Je le sais, parce que j'y suis resté !
Le risque est d'y vouloir rester ! Je le sais, parce que j'y suis resté !