¡Cacerolazo por ellos!

[Darloup]

Por Mabel Morales

Si hace un mes con el título de “Habemos Rollos”, abordé aquí el tema de la ausencia de valores de los jóvenes y la responsabilidad de los padres en ello, a propósito del caso del colegio estrato alto y el comportamiento de 6 alumnos de último grado, hoy toca volver sobre el asunto para darle un cacerolazo a la violencia de todo orden que está registrándose en Barranquilla y el Atlántico y de la cual niños y adolescentes son víctimas o victimarios.

Hay que sacar ollas, tapas, cucharas y calderos, para hacer todos los días –cual más furibundos y leales caprilistas– un rechazo rotundo con rabia y vehemencia a los abusos, tiranía y dictadura. Hay que darle cacerolazo al hecho comprobado de que por factores múltiples , la anorexia y la bulimia, ya no se ven únicamente entre chicas ‘dedo parado’, remilgadas, caprichosas, y solitarias, que con esos desordenes alimenticios llaman la atención de sus irresponsables padres. Ahora la patología alimenticia aparece en los sectores más pobres del sur de Barranquilla, donde los profesores descubrieron que muchachas que aún no llegan a los 15 años se provocan vómitos, tras ingerir la única comida del día que sus padres pueden darles en medio de la pobreza. También hay que darle duro a las ollas con cuchara metálica porque otra pelada de 17 años y con 2 meses de embarazo es asesinada a cuchillo por una celosa rival de solo 16. La mamá de la que murió, aceptó sin vergüenza, que no sabía de su hija, porque ella “se había quedado a dormir donde el novio”.

De igual forma hay que condenar a punta de tapa y caldero que una menor epiléptica sea ‘matoneada’ por 5 adultos en una institución de educación pública porque se negó a recibirles un dulce, que quién sabe qué contenía. Como si no fuera suficiente su condición de salud, la joven tuvo que padecer tal vejación por parte de compañeros de aula, quienes, por el contrario, debieron haberla protegido Así mismo hay que salir a hacer cacerolazos diarios, porque en los basureros del corregimiento La Playa niños y adolescentes “trabajan” escarbando desechos, que en un remedo de reciclaje, les da para medio comer. Esta última historia la contó Joaquín Polo, un taxista valeroso, que vela por una hijita de 6 años con problemas cognitivos. El pasado viernes no soportó llevar dentro de su alma lo que descubrió y entró llorando a la cabina de radio de la Voz de la Costa, para pedir claroclarito, que las autoridades, que deben darles bienestar, hagan algo por ellos. Joaquín dijo: “Había un niñito como de 7 años, separando cartones y cuando le pregunté, respondió que no estudiaba. Al lado estaba una pelada como de 16 años, con un bebé metido bajo el brazo y acompañada de su mamá, revolviendo desperdicios. Le recordé si ese era el futuro que quería para ella y para su niño y se puso a llorar”. Por todo lo anterior y porque como lo advierten a tiempo los psiquiatras Andrés Rosado y Haroldo Martínez, quienes lanzan un SOS ante el incremento del consumo de licor y el intento de suicidio entre niños que ni siquiera llegan a los 10 años, hay que dar urgentemente cacerolazos a los responsables de este triste y peligroso panorama.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... los-107656