La educación, los maestros y la paz
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La educación, los maestros y la paz
Por José Amar Amar
Sin pena ni gloria, se celebró la semana pasada el Día del Maestro. La profesión con más bajo nivel de reconocimiento en la república y con los sueldos más exiguos a nivel profesional.
El mayor obstáculo para el desarrollo del país es el rezago en materia educacional, que pone límites a la acumulación de productividad y, al mismo tiempo, mantiene la exclusión social y el desempleo. Según Unesco, si en la próxima década los colombianos alcanzáramos en promedio un año más de educación que el esperado, de acuerdo a las tendencias actuales, el ingreso per cápita podría aumentar entre el 20% y 30% en dicho período.
Históricamente, ninguna nación ha logrado una mejor sociedad, más igualitaria, más libre y más justa, si no ha desarrollado un sólido sistema de educación pública.
Europa —que después de la Segunda Guerra Mundial quedó devastada—, construyó el más eficiente sistema público de educación, a través del cual se cimentaron las bases del crecimiento y desarrollo de sus naciones. Estados Unidos —el país más representativo del modelo de libre empresa—, tiene un sistema público de educación de alta calidad, donde el Estado invierte considerables recursos.
Hoy, cuando se evalúa la calidad educativa en el planeta, es claro que los países que ostentan mejores sistemas educativos son también los que más progresan.
En Finlandia, que posee uno de los dos mejores sistemas educativos del mundo, la educación es gratuita desde preescolar hasta la universidad, y uno de sus rasgos más distintivos es la elevada calificación académica del profesor. Los finlandeses consideran que la mayor riqueza de la nación son sus niños, y los ponen en las mejores manos profesionales del país. Para ser maestro se requiere el más alto promedio de notas y el examen más difícil para ingresar a la universidad es para la profesión de profesor de educación primaria. Es un honor nacional ser maestro de primaria, y en la escala salarial son los profesionales con más elevado sueldo en el país.
Corea del Sur también está entre los dos mejores sistemas educativos. Gracias en gran parte a la calidad de su sistema de educación pública, en menos de 60 años logró transformarse de una nación rural y analfabeta en una potencia mundial con los niveles de vida más altos y con mayor desarrollo tecnológico. Para el pueblo surcoreano, la educación es una pasión nacional, y ser buen alumno está fuertemente ligado a sus sentimientos patrióticos. Allí los profesores, que se hallan entre los profesionales mejor pagados del país, deben someterse a evaluaciones periódicas para sustentar su nivel de preparación, pero no solo por el dinero; es también porque se trata del profesional de mayor prestigio y dignidad, hasta el punto que “al profesor no se le pisa ni la sombra”.
Desafortunadamente, en Colombia seguimos pensando que el progreso se mide por metro cuadrado de cemento construido y la agenda pública sobre educación está alejada de los intereses prioritarios del Estado. Aunque en los últimos años se hizo un esfuerzo por mejorar la cobertura, la calidad es decepcionante, especialmente en la educación primaria.
Hace poco, en una conferencia, Óscar Iván Zuluaga señalaba que era posible construir un sistema público de educación de calidad destinando todos los recursos del sistema de regalías para este fin. Este sería un esfuerzo que valdría la pena.
Todas las profesiones son importantes y necesarias. Así como el médico goza de un alto reconocimiento, porque ayuda a tener nuestro cuerpo sano, los educadores deberían tener el mismo reconocimiento, porque son los que tienen la tarea de cuidar la salud del cuerpo social. La paz no la lograremos ni en Tierralta (Córdoba), ni en La Habana, mientras no tengamos un sistema educativo de excelencia que brinde igualdad de oportunidades para todos.
Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... paz-111311
Sin pena ni gloria, se celebró la semana pasada el Día del Maestro. La profesión con más bajo nivel de reconocimiento en la república y con los sueldos más exiguos a nivel profesional.
El mayor obstáculo para el desarrollo del país es el rezago en materia educacional, que pone límites a la acumulación de productividad y, al mismo tiempo, mantiene la exclusión social y el desempleo. Según Unesco, si en la próxima década los colombianos alcanzáramos en promedio un año más de educación que el esperado, de acuerdo a las tendencias actuales, el ingreso per cápita podría aumentar entre el 20% y 30% en dicho período.
Históricamente, ninguna nación ha logrado una mejor sociedad, más igualitaria, más libre y más justa, si no ha desarrollado un sólido sistema de educación pública.
Europa —que después de la Segunda Guerra Mundial quedó devastada—, construyó el más eficiente sistema público de educación, a través del cual se cimentaron las bases del crecimiento y desarrollo de sus naciones. Estados Unidos —el país más representativo del modelo de libre empresa—, tiene un sistema público de educación de alta calidad, donde el Estado invierte considerables recursos.
Hoy, cuando se evalúa la calidad educativa en el planeta, es claro que los países que ostentan mejores sistemas educativos son también los que más progresan.
En Finlandia, que posee uno de los dos mejores sistemas educativos del mundo, la educación es gratuita desde preescolar hasta la universidad, y uno de sus rasgos más distintivos es la elevada calificación académica del profesor. Los finlandeses consideran que la mayor riqueza de la nación son sus niños, y los ponen en las mejores manos profesionales del país. Para ser maestro se requiere el más alto promedio de notas y el examen más difícil para ingresar a la universidad es para la profesión de profesor de educación primaria. Es un honor nacional ser maestro de primaria, y en la escala salarial son los profesionales con más elevado sueldo en el país.
Corea del Sur también está entre los dos mejores sistemas educativos. Gracias en gran parte a la calidad de su sistema de educación pública, en menos de 60 años logró transformarse de una nación rural y analfabeta en una potencia mundial con los niveles de vida más altos y con mayor desarrollo tecnológico. Para el pueblo surcoreano, la educación es una pasión nacional, y ser buen alumno está fuertemente ligado a sus sentimientos patrióticos. Allí los profesores, que se hallan entre los profesionales mejor pagados del país, deben someterse a evaluaciones periódicas para sustentar su nivel de preparación, pero no solo por el dinero; es también porque se trata del profesional de mayor prestigio y dignidad, hasta el punto que “al profesor no se le pisa ni la sombra”.
Desafortunadamente, en Colombia seguimos pensando que el progreso se mide por metro cuadrado de cemento construido y la agenda pública sobre educación está alejada de los intereses prioritarios del Estado. Aunque en los últimos años se hizo un esfuerzo por mejorar la cobertura, la calidad es decepcionante, especialmente en la educación primaria.
Hace poco, en una conferencia, Óscar Iván Zuluaga señalaba que era posible construir un sistema público de educación de calidad destinando todos los recursos del sistema de regalías para este fin. Este sería un esfuerzo que valdría la pena.
Todas las profesiones son importantes y necesarias. Así como el médico goza de un alto reconocimiento, porque ayuda a tener nuestro cuerpo sano, los educadores deberían tener el mismo reconocimiento, porque son los que tienen la tarea de cuidar la salud del cuerpo social. La paz no la lograremos ni en Tierralta (Córdoba), ni en La Habana, mientras no tengamos un sistema educativo de excelencia que brinde igualdad de oportunidades para todos.
Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... paz-111311
¡El riesgo es que te quieras quedar! ¡Lo sé, porque me quedé!
Le risque est d'y vouloir rester ! Je le sais, parce que j'y suis resté !
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