
En el municipio de Juan de Acosta se presentan algunos de los casos más flagrantes de asentamientos invasivos.
Por Carlos A. Sourdis Pinedo
El país posee 700.000 kilómetros cuadrados de océano, casi la mitad de la superficie de su territorio continental, ubicados frente a 2.900 kilómetros de costas: una gran Colombia olvidada.
Por lo general, cuando pensamos en el territorio nacional jamás tenemos en cuenta que el país limita con otros once países y no sólo con aquellos cinco con los que compartimos fronteras terrestres, según aún insisten en enseñarlo a los estudiantes algunos textos de geografía, en una prueba más del escaso interés que despierta el verdadero conocimiento de nuestro recursos costeros y marítimos.
Pero sí despiertan el deseo y la codicia. Esto lo sabe bien el contralmirante Ernesto Durán, director de la Dirección General Marítima (Dimar), entidad que junto a la Armada Nacional constituyen la primera línea de defensa contra la doble arremetida que sufren nuestros litorales adelgazados y en retroceso: la invasiva presencia humana, por un lado, y las mareas que los erosionan, en un proceso incrementado por el ascenso del nivel de los océanos que es producto del Calentamiento Global.
Sobre la primera, la causada por el hombre, el oficial comenta: “No podemos abstraernos de una realidad, y es que al ser humano le gusta vivir en las playas”. Y, a veces, a cualquier precio; incluso si ello implica violar las leyes o las normas urbanísticas. Las fotos de este reportaje son producto de un sobrevuelo sobre las playas de Atlántico y parte de Bolívar durante el cual el reportero gráfico Jesús Rico tuvo la oportunidad de captar con su lente parte de las invasiones que se han construido sobre ese segmento de la costa.
En las costas colombianas habita el 12% de la población del país; de este porcentaje, un 48 por ciento lo hace en la Región Caribe, y una parte lo hace en viviendas o hábitats que son legalmente considerados invasiones. “Hemos detectado 28 mil, en los litorales de todo el país”, comenta el oficial, concentrándose a continuación en algunos datos relativos a la Región Caribe: el departamento del Atlántico puede sentirse afortunado si compara sus 144 invasiones con las 1.600 existentes sólo en el área de Cartagena, o las más de 400 en la de Santa Marta.
Para el contralmirante, la amenaza representada por esta descontrolada influencia del ser humano sobre el territorio del litoral es peor aún que la erosión causada por las mareas en sus playas, el segundo flagelo de las costas colombianas: “No estamos preparados todavía para vivir junto a la playa”, argumenta el oficial.
Tiene buenos motivos para poder comparar ambas amenazas, y no es que desestime la de la erosión: años atrás, siendo teniente o capitán, caminó “todas las playas de Colombia”, dice, en expediciones provistas de teodolitos y otros equipos de medición y registro a cuestas, haciendo un estudio completo sobre sus dimensiones, y fue testigo de primera mano cuando, años después, “de aquellas playas ya no quedaba nada”.
“No se escapa ningún lugar del litoral. El mar crece, es dinámico es más fuerte de lo que nos imaginamos y no se queda quieto ni un solo minuto.
Para la Autoridad Marítima es un tema de protección y de seguridad de las personas. No es un poquito de playa que se va, son kilómetros, miles de toneladas que se están yendo por el mar y que no estamos protegiendo”, comenta el contralmirante, y recuerda que los departamentos más afectados por esta problemática son Valle del Cauca, Nariño, San Andrés y Providencia, Atlántico, Sucre y Córdoba.
Algo de coordinación. Para el gobernador del Atlántico, José Antonio Segebre, uno de los problemas que se han presentado es que los esfuerzos no se coordinen con un criterio integral y, en vez de ello, dejar que cada departamento diseñe una estrategia distinta, o incluso cada municipio, como se ha hecho hasta ahora con frecuencia, dice. “Si nosotros hacemos unas intervenciones, por ejemplo, en Puerto Colombia, y no tomamos medidas específicamente para Juan de Acosta, para Tubará y las playas vecinas, vamos a tener problemas muy serios”. Propone reunir parte de los presupuestos municipales y departamentales de todas los entes territoriales afectados, y contrapartidas del orden nacional, para financiar un estudio macro para toda la Región Caribe.
De otra parte, la Gobernación del Magdalena, en asocio con la Universidad del Norte, avanza en la estructuración de un nuevo proyecto para la protección de zonas costeras, con el ánimo de hacer intervención en los sectores críticos identificados en el distrito de Santa Marta y los municipios de Ciénaga, Puebloviejo y Sitionuevo.

El proyecto será presentado ante el Ocad de ciencia y tecnología del Sistema General de Regalías, con doble propósito: en primer lugar, profundizar en el estudio de innovaciones tecnológicas desarrolladas en otras latitudes para aplicarlas en nuestro contexto, en los sectores que están afectados por el problema erosivo costero.
Los sectores que han sido considerados para ser intervenidos son Pozos Colorados en Santa Marta, frente urbano de Ciénaga (desde sector Comcaja hasta Plaza Digna Cabas), Tasajera en Puebloviejo y sector km 28 de la carretera Ciénaga-Barranquilla doble propósito: en primer lugar, profundizar en el estudio de innovaciones tecnológicas desarrolladas en otras latitudes para aplicarlas en nuestro contexto, en los sectores que están afectados por el problema erosivo costero.
Los sectores que han sido considerados para ser intervenidos son Pozos Colorados en Santa Marta, frente urbano de Ciénaga (desde sector Comcaja hasta Plaza Digna Cabas), Tasajera en Puebloviejo y sector km 28 de la carretera Ciénaga-Barranquilla.
El caso Puerto Colombia

La situación de Puerto Colombia es especialmente urgente en Atlántico, y los trámites que se precisan para autorizar, por parte del Gobierno Nacional, la ejecución de obras hidráulicas en las playas de este municipio atlanticense (consistentes mayormente, hasta ahora, en la construcción de espolones para modificar el flujo de las corrientes marinas y de los sedimentos que estas arrastran). Según la subdirectora territorial del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Paula Acosta, los estudios practicados por el Laboratorio de Hidráulico de la Universidad del Norte y entregados el año pasado se encuentran desactualizados, ya que la erosión de estas playas avanza con bastante celeridad. Advirtió que la actualización de estos estudios es necesaria para solicitar nuevamente los permisos al gobierno central.
Mangles y temperatura
La tala de mangles, el calentamiento global y la construcción en lugares no adecuados han acabado con las playas del Golfo de Morrosquillo, paradójicamente los empresarios ofrecen paquetes turísticos en los que hablan de un disfrute de sol y playa. Héctor Conde Rangel, presidente la Comisión Regional de Competitividad dijo que este es un problema que data desde hace cerca de 10 años y cada vez son menos playas, lo que afecta tanto al medio ambiente como a las personas que viven del turismo. Dijo que el Ministro de Medio Ambiente, Juan Gabriel Uribe presentó los proyectos que se emprenderán en los departamentos de Sucre y Córdoba para enfrentar el problema.
Proceso erosivo
Según el Observatorio del Caribe, con sede en Cartagena, la región Caribe viene enfrentando importantes procesos erosivos que se presentan tanto a nivel de la línea de costa como del territorio en general. El 30% de los 233Km2 de playas del Caribe colombiano se ven afectadas por este fenómeno, siendo Atlántico, Sucre y Córdoba, los departamentos más afligidos por la erosión costera (Invemar, 2008). En 2005, el 47% de los suelos del Caribe sufrían procesos de erosión alta o muy alta. En 1998, esa cifra era del 14,5%, siendo La Guajira, Atlántico y Córdoba los que presentan mayor área de suelos con procesos erosivos catalogados como “altos” o “muy altos.
Puntos críticos
Los procesos erosivos en el litoral del Departamento del Magdalena tienen como puntos críticos la Bahía de Santa Marta en los sectores W, Prodeco y Decamerón; en el Municipio de Ciénaga.
Se destacan además, los sectores de Casa Loma y Casco Urbano; en el Municipio de Pueblo Viejo, Palmira (casco Urbano), Tasajera, la Bodega, Isla del Rosario y Boca de la Barra. En el Municipio de Sitio Nuevo están identificados los sectores de Cuatro Bocas, Caño Clarín, Caño Nuevo y El Torno.
Fuente: http://www.elheraldo.co/local/la-erosio ... tas-110890


