Sobre agentes y prostitutas

[Darloup]

Por Claudia Ayola

Uno de los peores fracasos de la VI Cumbre de las Américas ha sido la manera como se ha banalizado la discusión. Las pocas posiciones de análisis crítico contrastan con la basura mediática que se ha desatado, en cuyo epicentro parece estar el error cometido por la cantante Shakira y el incidente de los agentes del Servicio Secreto estadounidense.

Lo de Shakira ha sido una absoluta tontería que ha quemado más papel de lo necesario. Si bien puede ser grave el error, no es peor que los fracasos que pudo haber significado la misma Cumbre. Este mismo error lo han tenido artistas como Cristina Aguilera, Cindy Lauper y Vicente Fernández.

Pero el incidente de los agentes del Servicio Secreto con mujeres en ejercicio de la prostitución, y la manera como se ha manejado dicha información, requiere una discusión que sobrepasa las posibilidades de este espacio.

Cartagena es una ciudad turística, que enfrenta uno de los flagelos más perversos de los destinos turísticos de países pobres. Hombres llegan a buscar mujeres, niñas y niños para tener sexo a cambio de dinero. Pero ejercer la prostitución, en Colombia, no es un delito. Inducir a la prostitución sí lo es. Explotar sexualmente a un menor de edad también lo es.

Utilizar el cuerpo de una mujer y negarse a pagar lo pactado, es una violación a los derechos de las trabajadoras sexuales en Colombia. Así este país de mojigatos no lo recuerde, las prostitutas también tienen derechos.

Sin embargo, los distintos medios de comunicación han replicado la fotografía de una mujer que supuestamente estuvo implicada en el incidente – y tal vez no fue así -. Dania, como la llaman, ha sido expuesta en titulares de prensa como si fuese un fenómeno.

Los agentes no solo pusieron en riesgo la “inquebrantable” seguridad del Presidente Obama, sino que pretendieron burlarse de las mujeres, aprovechándose de ellas y negándose a pagarles. Tardaron los medios en divulgar algunos de los nombres de los agentes implicados. Sin embargo, sus rostros no son expuestos porque en ellos no se centra el espectáculo, a pesar de que su conducta constituye una falta seria en materia de seguridad.

No hay discusión seria sobre el tema de la reprochable conducta de agentes del Servicio Secreto. Las víctimas del incidente pasan a figurar en una suerte de anuncios de “se busca”, como si encarnaran rostros de victimarios. Todo se desdibuja en ese afán que señalaba Ryszard Kapuscinski, cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante, y lo que empezó a contar fue el espectáculo.

La imagen de Dania como un símbolo sexual vende y el negocio parece lo prioritario. Descubrir las redes de trata, indagar en los abusos cometidos a las mujeres que ejercen la prostitución, cuestionar las políticas públicas y ser críticos frente al papel que jugaron los hombres de seguridad de Obama, parece interesar poco.

Rastrear los pronunciamientos de la Corte Constitucional sobre los derechos de las trabajadoras sexuales se queda en el tintero. Investigar sobre las distintas violencias que afectan a las mujeres que ejercen la prostitución, incluyendo homicidios, no parece importarle a nadie.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... utas-64678

[Darloup]

Por Abelardo De La Espriella

Mientras el rey de España se iba de cacería, en medio de una crisis económica sin precedentes en la Madre Patria, los agentes del Servicio Secreto norteamericano que debían cuidar al hombre más poderoso del mundo, léase Barack Obama, durante su estadía en La Heroica, se iban de putas. No sé cuál de todos estos personajes es más imbécil e irresponsable.

Lo cierto es que sus desafueros abren la discusión sobre la continuidad de la Monarquía española y la forma en que Colombia es percibida como país y sociedad por los turistas que la visitan.

Las monarquías son instituciones llamadas a desaparecer, porque son las primas parásitas de las dictaduras. En estos tiempos,ningún poder que no emane de la voluntad popular es aceptable. La democracia es la mayor conquista de la humanidad, y las monarquías son vetustos rezagos de tiempos oscuros y crueles.

Si bien en el pasado se justificaba la existencia de los reyes para mantener la unidad de sus pueblos, hoy en día esta carece de cualquier sentido. La democracia es la mejor forma de cohesión social. En ese entonces, los monarcas ejercían el manejo directo del Gobierno.

En la actualidad sus funciones están limitadas a la jefatura del Estado – papel meramente figurativo- eso sí con grandes beneficios económicos y comodidades de todo tipo, que son subsidiadas en su integridad por el bolsillo de quienes sí trabajan.

Las monarquías son sinónimo de involución y atraso, no se entiende cómo en un país tan antiguo y civilizado como España (sin contar otros tantos de Europa) aún pueden cargar a cuestas con semejante lastre. Mientras las finanzas públicas son un verdadero desastre en ese lado del mundo, el Rey y toda su corte de ineptos despilfarran dinero a manos llenas sin la menor consideración por aquellos que ni siquiera tienen para llevar el pan a la mesa de sus hijos.

No es justo que, mientras miles de españoles pierden su trabajo y, por ende, su fuente de sustento, Juan Carlos de Borbón se vaya de safari a matar elefantes y que en ese solo “jueguito” se ferie una cantidad que serviría para alimentar a 100 familias pobres durante 6 meses.

En cuanto a los agentes del Servicio Secreto que fueron pillados en su ‘travesura’ sexual en Cartagena, tenemos que reconocer que, tanto los gringos como el resto de turistas del mundo que vienen a disfrutar de nuestras maravillas, en su mayoría ven a Colombia como un destino en donde la droga y la prostitución marcan la pauta.

Y todo ello se debe a que desde los dueños de los hoteles y sus empleados, hasta las autoridades civiles y de policía han sido complacientes y permisivos con dicho fenómeno. Colombia no puede seguir siendo distinguida como un paraíso de la cocaína y de la putería, somos más que eso: tenemos hermosos parajes naturales, cosas buenas por doquier y gente decentes para mostrarle al mundo.

Ojalá se caiga la monarquía en España y se acabe el turismo sexual y de drogas en Colombia. Para ambas cosas se requiere una inquebrantable voluntad política.

La verdad es que no hay mucha diferencia entre las ‘amiguitas’ del Servicio Secreto en Cartagena y las Casas Reales del mundo. A unas y a otras solo las mueve el dinero.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... utas-64674