Corrupción sigue dejando mal ranqueada a Colombia

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Corrupción sigue dejando mal ranqueada a Colombia

Message : # 4020Message Darloup »

Por José Granados Fernández

Ni las nuevas normas, como la Ley 1474 de 2011, o la flamante conformación de una oficina presidencial dedicada a luchar contra el robo de los dineros públicos han surtido efecto en Colombia contra la corrupción.

El país quedó nuevamente mal calificado en el Índice de Percepción de Corrupción 2012 divulgado por Transparency International, al cual tuvo acceso EL HERALDO.

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De 176 países evaluados, Colombia ocupó el puesto 94 al obtener un puntaje de 36 sobre 100, en el que cero es el mayor índice de percepción de corrupción y 100 es el menor.

Transparencia por Colombia informó que entre los 32 países de América evaluados, Colombia está en el grupo con calificaciones deficientes. Canadá es el mejor con 82 puntos mientras que Venezuela es el peor con 19. En Suramérica, Chile y Uruguay ocupan el primer puesto con 72 puntos.

De acuerdo con el análisis de Transparency, la baja calificación colombiana se debe a la “ausencia de sanciones efectivas y rápidas frente a casos de corrupción” así como a la “prevalencia de prácticas de abuso del poder en todas las ramas públicas y en diferentes estamentos del Estado”.

Elisabeth Ungar, directora de Transparencia por Colombia, opina que estos resultados muestra que, a pesar de las reformas institucionales para combatir la corrupción, “aún no se percibe el efecto que estas iniciativas deberían generar sobre prácticas corruptas al interior del Estado”.

Señaló que la corrupción en el país ha alcanzado un carácter estructural y dijo que este fenómeno está “asociada al pago de sobornos en la contratación, compensaciones por favores para concretar un negocio o acceder a un servicio público”, pero también se manifiesta “en la captura del Estado en sus diferentes niveles, el nepotismo, legislar en beneficio propio”, entre otros factores.

Cada año, Transparencia Internacional mide los niveles de percepción de corrupción en el sector público de los países con base en encuestas y evaluaciones realizadas a ejecutivos del sector privado, expertos y analistas de riesgo.

Fuente: http://www.elheraldo.co/noticias/nacion ... mbia-91848
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Estrategias equivocadas contra la corrupción

Message : # 4042Message Darloup »

Por Alfonso Gómez Méndez

Una vez más el país queda registrado como una de las naciones con mayor percepción de corrupción en el mundo, según Transparencia Internacional.

Como anota Elizabeth Ungar, directora en Colombia de esta organización, hemos vuelto a quedar en lugar no propiamente envidiable.

De tanto hablar de corrupción hemos llegado muchas veces a desnaturalizar el concepto y hasta acostumbrarnos a ella como si fuera parte del ‘ser nacional’.

A ello contribuye, en buena parte, la ausencia de clara delimitación entre responsabilidades políticas, penales, disciplinarias y fiscales. Muchas veces, todo se engloba bajo el genérico concepto de corrupción. Hay corrupción administrativa, pero también política.

En general, debe entenderse por corrupción la utilización indebida de la función pública para el enriquecimiento personal.

Las aproximaciones equivocadas al problema han dificultado atacar el fenómeno en términos reales.

Se olvida, por ejemplo, que no es posible la corrupción pública sin su equivalente en el sector privado.

Nos hemos dedicado a inundar el Código Penal de normas, pero nos desentendemos de su aplicación efectiva.

La penalización suele ser el sustituto de la falta de acción. Un solo caso es bien ilustrativo: a finales de la década de los ochenta, siendo Procurador General, propuse la penalización del enriquecimiento ilícito como eficaz herramienta contra la corrupción.

Su aplicación es muy sencilla: comparar los ingresos de un servidor público con sus egresos.

¿Cuántos funcionarios, ocupados desde la más alta hasta la más baja escala del sector público, pueden explicar inmensas fortunas frente a los ingresos percibidos, cuando su única actividad ha sido la del ‘servicio’ público?

La sociedad y los medios conocen esos casos y sin embargo, guardan complaciente silencio.

La aplicación de esa sola herramienta, en los terrenos penal y disciplinario, acabaría de tajo con la corrupción administrativa y la laxitud social.

A pesar de que tenemos desde hace varios años ‘Zar anticorrupción’ y varios ‘estatutos anticorrupción’ que se aprueban con gran estruendo mediático, la situación se mantiene igual y el olvido y la desmemoria siguen siendo los principales aliados de los corruptos, amparados por mantos de ‘santidad’.

El germen de la corrupción está en el sistema político propiamente. No necesitamos más ‘estatutos anticorrupción’ ni más normas penales, sino reformar el sistema político: separación real de poderes y no dependencia del legislativo frente al ejecutivo por el cordón umbilical del clientelismo; partidos políticos de verdad y no simples siglas electorales que se usan cada cuatro años; sanción moral y política del transfuguismo, el ‘voltearepismo’ y la desvergüenza política; un poder judicial dedicado únicamente a tomar decisiones y no a elegir funcionarios de diverso orden; procesos disciplinarios ágiles; severo régimen de responsabilidad política que impida la desfachatez de ministros y altos funcionarios que fracasan estruendosamente, sin consecuencias, y en cambio pasan de una cartera a otra, bajo el manto del olvido.

El Congreso debe cumplir su esencial función de control político más eficaz en la lucha contra la corrupción que la endemoniada carrera por expedir leyes sin sentido, contradictorias, y sin fundamento en estudios serios.

Si seguimos con la desmemoria, no cambiará nuestro vergonzoso nivel en la medición de transparencia.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... cion-93074
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La impunidad sigue favoreciendo la corrupción: Elisabeth Ungar

Message : # 4045Message Darloup »

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Para Elisabeth Ungar no es solo identificar la corrupción, sino combatirla con resultados.


Por José Granados Fernández

Con base en encuestas y estudios con empresarios, académicos y analistas de riesgos, entre otros, Transparency International elaboró el Índice de Percepción de Corrupción 2012 en el que a Colombia no le fue nada bien, tanto en el sector público como privado. Ocupó el puesto 94 entre 176 naciones evaluadas.

En entrevista con EL HERALDO, Elisabeth Ungar, directora de Transparencia por Colombia, dijo que como la corrupción echó raíces con urgencia se debe reformar la justicia para hacerle frente, pues los corruptos siguen cometiendo sus actos porque saben que poco o nada les va a pasar:

¿Qué lectura hacen ustedes de este resultado?

Básicamente que en el país se sigue percibiendo que los niveles de corrupción son bastante altos y esa percepción nos ubica en un escenario preocupante. Si bien es cierto que este es un fenómeno que viene desde atrás y no es del último año; que el Gobierno actual ha tomado medidas con reformas institucionales, promoviendo proyectos de Ley como el Estatuto Anticorrupción, y que el Gobierno ha denunciado algunos de los mayores hechos de corrupción, es igualmente cierto que la gente no percibe que estos cambios institucionales y las normas estén dando resultados lo suficientemente rápido. Y lo más grave es que la ciudadanía no percibe que los hechos de corrupción denunciados estén siendo investigados y sancionados con celeridad y firmeza.

Hay quienes dicen que la percepción no es corrupción...

Eso es totalmente cierto. Este Índice no mide corrupción, entre otras cosas porque es imposible medirla, particularmente en contextos tan complejos como el nuestro, donde la corrupción está relacionada con el narcotráfico, la captura del Estado, la minería ilegal, las bandas criminales, la contratación irregular etc. Esto es mucho más que el soborno, que se da en otros países. Pero ¿por qué es tan importante la percepción? Porque los ciudadanos no se inventan las cosas. Incluso, los más críticos dicen que los ciudadanos están influenciados por los medios de comunicación, pues los periodistas no se inventan los escándalos de corrupción.

Uno entiende que los Gobiernos no van a aceptar esta situación. Fíjese que recién comenzaba, Santos sorprendió al país al denunciar que se habían saqueado 1,5 billones de la salud en 2010 (gobierno de Álvaro Uribe). Hace mes y medio, la Contralora dijo que se saquearon 1,5 billones más pero en 2011 y Santos no dijo nada.

Esto lo que refleja es que el problema de la corrupción es estructural. Echó raíces. Cuando uno trata de erradicar la maleza de un terreno, es difícil hacerlo si no la saca de raíz. Con la corrupción sucede algo similar: si no se erradica de raíz, se va a seguir reproduciendo. En el asunto que usted menciona se constata que el mayor enemigo de la lucha contra la corrupción en Colombia, específicamente, es la impunidad.

Cuando usted dice que la corrupción es estructural y que el problema echó raíces, ¿qué hacer para erradicarla?

Hay que trabajar fuertemente en la prevención, tanto a nivel de las entidades estatales como del sector privado. Cuando digo que es un fenómeno estructural significa que esto no es sólo un problema del Estado: también lo es de la sociedad y del sector privado, porque es que para sobornar se necesitan dos —claro que en esta país para el cohecho se necesita uno, según lo demostró el caso Yidis— entonces el sector privado tiene una enorme responsabilidad en el fenómeno de la corrupción y por eso hablo de la prevención.

Pero, ¿cómo prevenir si la máxima institución fiscal del país, las contralorías, sólo puede vigilar los recursos públicos en un control posterior, es decir que cuando se dan cuenta de algo ya la corrupción se devoró los presupuestos?

Exactamente. Ese es uno de los temas que hay que resolver, sin lugar a dudas, y nosotros, desde Transparencia por Colombia, lo hemos señalado así. Fíjese lo que pasó con InterBolsa donde no funcionó el control previo. Ni la Superfinanciera ni la reguladora ni la Bolsa de Bogotá ejercieron control, entonces la bola de nieve se crece y después es mucho más complejo detenerla.

¿Requiere el país una reforma constitucional para que el control fiscal sea en tiempo real?

No sé si es una reforma legal o constitucional. En lo que sí tengo absoluta certeza es que esa reforma es indispensable. Se requiere una reforma de fondo a la Justicia, empezando por el tema del origen electoral de los altos magistrados de las Cortes. Recuerde que hace sólo cinco años todos nos sentíamos orgullos de la Corte Suprema que teníamos en ese momento y decíamos que, afortunadamente, Colombia tenía una Corte que tuvo el valor y la civilidad de investigar todos los graves temas, como la parapolítica. Hoy en día, todas las encuestas, como la de RCN hace un mes, la de Cifras y Conceptos, la de Datexco, ponen a la Rama Judicial en el mismo nivel del Congreso de la República en términos de credibilidad y legitimidad.

A propósito del Congreso, el secretario de Transparencia, Carlos Fernando Galán, dijo que la sensación de corrupción de lo que pasa en el Legislativo fue lo que “jaló para abajo” este Índice de Percepción.


Eso es impreciso. Eso es parcialmente cierto, es una verdad a medias o una mentira a medias, porque jalonó hacia abajo una de las siete fuentes del Índice, pero no las siete, lo que no le resta gravedad al asunto. En esas fuentes hay un indicador que se llama el Proyecto mundial de Justicia que, concretamente, en el tema de corrupción pregunta: ¿usted cree que los miembros de la Rama Ejecutiva, Legislativa y Judicial, y Policía y Ejército abusan del poder para beneficio propio o para determinados intereses particulares? Fue la primera vez que se incluyó al Legislativo y efectivamente el indicador bajó sustancialmente frente a los resultados del año pasado. Hasta ahí la explicación de Galán es cierta. Lo que no es totalmente cierto es no decir que a las otras ramas del poder tampoco les va bien, no tan mal como al Congreso pero tampoco bien. Por eso digo que la interpretación de Galán es parcialmente cierta.

¿Y al sector privado cómo le fue?

Mal. Mal. El sector privado siente que tiene que sobornar, pagar coimas, para hacer negocios, pero aquí también hay unas inmensas responsabilidades; además hay una percepción de corrupción al interior del sector privado.

¿Todo esto indica que hay que hacer algo, muy urgente, para que los 134 artículos del Estatuto Anticorrupción, anunciado por el gobierno Santos con bombos y platillos, no queden en letra muerta?

Es ese otro tema. El Estatuto se aprobó hace ya dos años y no ha sido reglamentado…

¿Y eso, falta de voluntad?

Puede ser falta de voluntad, pero también pretender abarcar mucho pero a la hora de la verdad no tener resultados para mostrar. Porque si uno hace el inventario de lo que ha hecho el Gobierno, pues ha tratado de hacer mucho pero se queda a mitad de camino…

Sí, ha denunciado pero no se ven resultados. El caso del saqueo de la salud ha quedado en nada…

Eso ya no es culpa del Gobierno...

Pero, el Gobierno le puede decir a la Fiscalía: señores, qué pasó con esto.

No, ojo con eso... porque hay que mantener la independencia de poderes y el Gobierno no puede meterse, digámoslo así, en la casa de la Fiscalía y de la Justicia. En lo que sí tiene una responsabilidad muy grande el Gobierno es en no reglamentar el Estatuto Anticorrupción y de darlo a conocer. Mire, hicimos un ejercicio con empresarios, en varias ciudades, para identificar qué tanto conocen este Estatuto, si saben cómo los afecta, si saben que hay unas nuevas figuras penales frente al sector privado y fue aterrador saber que no tienen ni idea.

Le insisto, ¿qué hacer frente a la corrupción?

El asunto, sin duda alguna, es asumir unos compromisos concretos y cumplirlos. Debe ser un compromiso de todos, Gobierno, jueces, Fiscalía, Procuraduría, medios de comunicación y la sociedad en general. Este fenómeno nos daña a todos.

PROTECCIÓN A TESTIGOS

La directora de Transparencia por Colombia le reveló a EL HERALDO que el Gobierno Nacional está trabajando en una estrategia que calificó de “fundamental” para hacer frente a la corrupción. Es un “sistema efectivo de protección a testigos y denunciantes” de corruptelas, tanto en el sector público como privado.

El sistema incluirá un seguimiento para que los ciudadanos puedan exigir, a las autoridades competentes, cuando los casos que ellos denuncian no tengan una continuidad ni resultados.

Fuente: http://www.elheraldo.co/noticias/nacion ... ngar-93197
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