Santa Marta, emoción extrema

Règles du forum
Soyez courtois ! / Recuerde ser cortés
Vous pouvez poster vos messages en espagnol / Puede publicar sus mensajes en español
Répondre
Avatar de l’utilisateur
Darloup
 
Administrateur/Administrador
Grand Maitre Gourou/Gran Maestro Gurú
Grand Maitre Gourou/Gran Maestro Gurú
Messages : 7100
Inscription : 20 sept. 2008, 01:39
Prénom : Henry
Sexe : Masculin
Emplacement : Barranquilla (Colombie)
Contact :

Santa Marta, emoción extrema

Message : # 4472Message Darloup »

Por José Amar

¿Está aburrido, amable lector? ¿Quiere sentir emociones al límite? Le recomiendo viajar a Santa Marta.

Inicie su viaje en el Paseo Bolívar y doble en la carrera 38; dos cuadras después, mire a la derecha y, si no le da temor, es usted un valiente: cien o más personas semi-vestidas, tendidas en la calle; una escena patética de abandono, consumo de drogas e indigencia más impactante que una película de horror. Pero no se preocupe, la mayoría son personas indefensas que, como hace rato no ha llovido, no se han podido bañar; todos asustamos cuando no nos hemos bañado.

Al llegar a la calle 17, doble a la derecha, y ahí sí empieza el peligro: pueden salirle en cualquier momento ciertos jóvenes con unos largos cuchillos —no son navajas suizas, de esas que falsifican los chinos—, son cuchillos hechos seguramente con la paciencia de un artesano, que pasa muchas horas en una celda puliéndolos y afilándolos, para que rebanen rápidamente su estómago o su garganta, y luego sacan al mercado para clientes especiales.

Si logra pasar la 17 sano y salvo, aún no cante victoria, esto no ha terminado, todavía le quedan muchas emociones por vivir. Llegamos al puente, denominado ‘Pumarejo’ si es liberal o ‘Laureano Gómez’ si es conservador. Antes de ingresar, usted verá un llamativo letrero luminoso donde nos advierten que la velocidad máxima es de 30 km/h porque compartirá el puente con un inmenso tubo por donde pasa el gas que nos permite cocinar nuestros alimentos a bajo precio. Pero no se impaciente, usted no podrá superar esa velocidad porque delante va casi siempre un carro-mula, símbolo de la globalización y del progreso.

Si ya pasó el puente, no se relaje, vienen más emociones. Ud. pagará su primer peaje y ahí empieza la ‘carrera de la muerte’: se alinean tracto-mulas, camionetas, autos, buses, motos… todos en igualdad de condiciones. ¿Ha visto la película Rápido y furioso?: eso es para aficionados; aquí Ud. corre casi 50 km con todo tipo de obstáculos sin que encuentre un policía o una cámara que le registre la velocidad; motos que adelantan por la derecha; buses a 140 km/h; tractomulas que al doblar una de las tantas curvas se toman los dos carriles; pescadores que atraviesan arbitrariamente la carretera y, como dirían en el circo, más y mucho más.

A los 50 km cobran otro peaje, pero no se ofusque: subirse a la montaña rusa en Disney es más costoso y no le garantizan tantas emociones ni tanto riesgo a su vida.

Al llegar a Tasajera, Pueblo Viejo y Ciénaga experimentará otro tipo de emoción. Podrá ver a ambos lados ‘las villas de la prosperidad democrática alrededor de la Ciénaga’. Aunque en ello se haya empeñado nuestro flamante director administrativo para la Prosperidad Social, Bruce Mac Master, brillante funcionario que con una calculadora inventa fórmulas de medición de pobreza técnicamente perfectas que de manera casi milagrosa reducen el número de pobres en el país, tal éxito no ha llegado a estas emblemáticas poblaciones, que llevan años sumidas en la más profunda pobreza y que, de cuando en cuando, pero cada vez con mayor frecuencia, invaden la carretera para protestar porque —a pesar de vivir rodeados de agua—, no tienen agua para beber.

Pero no se apabulle. Si ya pasó Ciénaga, Ud. entra a otro mundo: empieza una doble calzada bordeada por edificios de alto costo; puertos por donde sale el carbón; es decir, no es otro paisaje, es otro país. Perdonen, es el mismo país retrato fiel de la desigualdad que afortunadamente se está reduciendo, según nuestro excelente ministro.

El lunes me tocó pasar muy temprano por el lugar donde ocurrió un gran accidente en dicha carretera; era un cuadro estremecedor. Al día siguiente, temprano al regresar, no quedaban señales de la tragedia y los vehículos seguían siendo conducidos a la mayor velocidad posible. De las víctimas ya nadie se acuerda.

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... ema-107980
¡El riesgo es que te quieras quedar! ¡Lo sé, porque me quedé!
Le risque est d'y vouloir rester ! Je le sais, parce que j'y suis resté !
Répondre