¿Parques Nacionales?
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¿Parques Nacionales?
Por Nicolás Renowitzky R.
Un parque natural en cualquier país desarrollado, además de caracterizarse por ser un santuario para fauna y flora, es un aula inmensa en la que se enseña la naturaleza de manera directa y se incentiva el ecoturismo, muy diferente este del turismo citadino o de mar y playas. En países latinoamericanos, como Costa Rica o Chile, el ecoturismo atrae a miles de visitantes extranjeros y representa un importante rubro de su economía.
Frente a nuestra Barranquilla, la más importante ciudad del Caribe colombiano, se extiende el inmenso y riquísimo parque Isla de Salamanca, ahora llamado Vía Parque Isla de Salamanca, nombre absurdo que no le aporta absolutamente nada al mismo. Últimamente este nuevo nombre ha aparecido repetidamente en las noticias locales, pero solo por los reiterados incendios que afectan al parque y a nuestra ciudad, y por el interés que han manifestado algunos empresarios en instalar nuevos puertos en la orilla magdalenense de nuestro caudaloso río. Pero nunca o casi nunca Isla de Salamanca genera una noticia por su calidad de parque. Jamás se informa que llegó la temporada en que, huyendo del frío invierno del norte, millones de aves que vuelan desde Estados Unidos y Canadá lo convierten en su morada. Ni acerca de la enigmática noche de los cangrejos. Ni cuáles son, una a una, las especies de reptiles y de mamíferos que en él habitan. Ni se conoce de excursiones didácticas. Tampoco se gastan un peso en la más económica y sencilla publicidad que invite a visitarlo, a conocerlo. Ni siquiera uno de cada mil habitantes de esta ciudad conoce el bellísimo parque Isla de Salamanca, y lo tenemos frente a nuestras narices. Simplemente lo atravesamos cuando vamos a Santa Marta, pero la atención puesta en la angosta y súper transitada carretera a Ciénaga no nos permite gozar de sus paisajes.
Somos excepcionalmente afortunados de tener frente a nuestra ciudad un verdadero pulmón natural, y así como nos invade y molesta el humo cuando se generan las quemas en él, así mismo nos llega una brisa natural y saludable cuando no las hay, que es prácticamente siempre. Solo que no las captamos mentalmente ni las agradecemos, y además, no son noticia. Pero definitivamente tenemos que ser unos verdaderos subdesarrollados mentales para no haber jamás aprovechado el inmenso potencial ecoturístico que nos ofrece ese bellísimo parque. Ya es hora que en Barranquilla se constituya una empresa privada con ánimo de lucro, que diseñe y desarrolle un negocio lícito, compatible con la naturaleza y con la legislación colombiana en materia de parques naturales. Una empresa que publicite, promueva y explote comercialmente a nivel nacional e internacional un verdadero ecoturismo aprovechando los canales y lagunas de aguas cristalinas, los manglares y los senderos de la Isla de Salamanca. Esos futuros turistas se alojarían en hoteles de Barranquilla, cenarían en restaurantes locales y comprarían en nuestros centros comerciales.
Pero no esperemos nada de la entidad que rige los destinos de los parques naturales nacionales en nuestro país. Esa que ha entrabado la solución para evitar la erosión que se está tragando la estrechísima carretera a Ciénaga, pero que es tan, pero tan inoperante e inservible que ni siquiera ha eliminado, ni manual ni con herbicidas la ‘pajarita’, maleza que está invadiendo y matando a miles de mangles a lado y lado de esa transitada vía. Es más, es muy probable que ni siquiera se hayan dado cuenta de la bendita ‘pajarita’. ¿Parques Naturales Nacionales? ¡Ja!
Fuente: http://www.elheraldo.co/columnas-de-opi ... les-193087
Un parque natural en cualquier país desarrollado, además de caracterizarse por ser un santuario para fauna y flora, es un aula inmensa en la que se enseña la naturaleza de manera directa y se incentiva el ecoturismo, muy diferente este del turismo citadino o de mar y playas. En países latinoamericanos, como Costa Rica o Chile, el ecoturismo atrae a miles de visitantes extranjeros y representa un importante rubro de su economía.
Frente a nuestra Barranquilla, la más importante ciudad del Caribe colombiano, se extiende el inmenso y riquísimo parque Isla de Salamanca, ahora llamado Vía Parque Isla de Salamanca, nombre absurdo que no le aporta absolutamente nada al mismo. Últimamente este nuevo nombre ha aparecido repetidamente en las noticias locales, pero solo por los reiterados incendios que afectan al parque y a nuestra ciudad, y por el interés que han manifestado algunos empresarios en instalar nuevos puertos en la orilla magdalenense de nuestro caudaloso río. Pero nunca o casi nunca Isla de Salamanca genera una noticia por su calidad de parque. Jamás se informa que llegó la temporada en que, huyendo del frío invierno del norte, millones de aves que vuelan desde Estados Unidos y Canadá lo convierten en su morada. Ni acerca de la enigmática noche de los cangrejos. Ni cuáles son, una a una, las especies de reptiles y de mamíferos que en él habitan. Ni se conoce de excursiones didácticas. Tampoco se gastan un peso en la más económica y sencilla publicidad que invite a visitarlo, a conocerlo. Ni siquiera uno de cada mil habitantes de esta ciudad conoce el bellísimo parque Isla de Salamanca, y lo tenemos frente a nuestras narices. Simplemente lo atravesamos cuando vamos a Santa Marta, pero la atención puesta en la angosta y súper transitada carretera a Ciénaga no nos permite gozar de sus paisajes.
Somos excepcionalmente afortunados de tener frente a nuestra ciudad un verdadero pulmón natural, y así como nos invade y molesta el humo cuando se generan las quemas en él, así mismo nos llega una brisa natural y saludable cuando no las hay, que es prácticamente siempre. Solo que no las captamos mentalmente ni las agradecemos, y además, no son noticia. Pero definitivamente tenemos que ser unos verdaderos subdesarrollados mentales para no haber jamás aprovechado el inmenso potencial ecoturístico que nos ofrece ese bellísimo parque. Ya es hora que en Barranquilla se constituya una empresa privada con ánimo de lucro, que diseñe y desarrolle un negocio lícito, compatible con la naturaleza y con la legislación colombiana en materia de parques naturales. Una empresa que publicite, promueva y explote comercialmente a nivel nacional e internacional un verdadero ecoturismo aprovechando los canales y lagunas de aguas cristalinas, los manglares y los senderos de la Isla de Salamanca. Esos futuros turistas se alojarían en hoteles de Barranquilla, cenarían en restaurantes locales y comprarían en nuestros centros comerciales.
Pero no esperemos nada de la entidad que rige los destinos de los parques naturales nacionales en nuestro país. Esa que ha entrabado la solución para evitar la erosión que se está tragando la estrechísima carretera a Ciénaga, pero que es tan, pero tan inoperante e inservible que ni siquiera ha eliminado, ni manual ni con herbicidas la ‘pajarita’, maleza que está invadiendo y matando a miles de mangles a lado y lado de esa transitada vía. Es más, es muy probable que ni siquiera se hayan dado cuenta de la bendita ‘pajarita’. ¿Parques Naturales Nacionales? ¡Ja!
Fuente: http://www.elheraldo.co/columnas-de-opi ... les-193087
¡El riesgo es que te quieras quedar! ¡Lo sé, porque me quedé!
Le risque est d'y vouloir rester ! Je le sais, parce que j'y suis resté !
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