¿Qué hace usted el domingo?

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Darloup
 
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¿Qué hace usted el domingo?

Message : # 3172Message Darloup »

Por José Amar

El título de esta columna puede ser una impertinencia, porque es una invasión a su vida privada. Sin embargo, yo creo saber su respuesta.

Barranquilla es una ciudad casi sin parques; tampoco tiene grandes avenidas; sus playas están lejanas y descuidadas; hay un zoológico que por su estrechez parece una cárcel para animales exóticos de alta peligrosidad. No existe ni siquiera un planchón que nos pasee por el Río Magdalena. En síntesis, casi no hay lugares públicos para la recreación. Pero aunque los hubiera, al final, la mayoría de las personas de todas las grandes ciudades, cuando no tienen obligaciones, parecen aburrirse de múltiples maneras.

Un profesor de la Universidad de Concepción hizo un estudio aparentemente trivial, averiguando qué hace la gente cuando no tiene nada que hacer. No es novedad decir que la mayoría pasa muchas horas mirando programas de televisión; los más jóvenes se entretienen en Internet o con videojuegos, y un contingente cada vez más grande se desplaza a los centros comerciales, a refrescarse en el aire acondicionado. Pero especialmente porque dentro de esas inmensas cajas de cemento, cuyo interior está lleno de vitrinas bellamente decoradas, las personas pueden caminar sintiendo la seguridad que las calles no les brinda.

Algunos también practican deportes, escuchan música o hacen cualquier cosa con tal de, como decía Víctor Frankl, tener cómo llenar nuestro vacío existencial, de tal manera que cuando se tiene tiempo para hacer lo que uno quiere, parece que no se encuentra fácilmente la solución.

¿Será verdad lo que nos dice Víctor Frankl, que la sociedad que hemos construido se especializa en fabricar productos para satisfacer todas las necesidades del hombre, pero parece olvidarse de satisfacer la más humana de todas las necesidades, como es la de encontrar el sentido de la vida?

No queremos pensar en nosotros mismos para no llenarnos de angustia, para no sentir que todo lo que hemos logrado nos parece insuficiente, para que los miedos escondidos no afloren. Para eso escuchamos música a alto volumen, o bebemos sin control, o nos rodeamos de gente que impide estar en el silencio que implica la reflexión. Pocos quieren aventurarse a explorar el desierto que existe dentro de sí, y el domingo es el día más propiciamente peligroso para cuestionar nuestras existencias.

No es comprensible el crecimiento tan acelerado de trastornos del ánimo como la depresión, o como el consumo exagerado de alcohol, el aumento de la delincuencia o la contradicción entre un mundo que da alto valor a la ciencia y la tecnología, mientras millones de personas ingresan a las más diversas religiones y sectas. Algo está fallando en esta sociedad basada en el crecimiento económico, el libre mercado y la internacionalización, ya que ha olvidado al hombre.

Los domingos no son buenos días para muchas personas. El lunes se inicia la frenética actividad que tranquiliza nuestras neurosis, y paradójicamente deseamos la llegada del fin de semana para el sábado divertirnos hasta el agotamiento, y el domingo nuevamente inventar qué hacer para evadir el cuestionamiento a nuestra propia existencia.

Este artículo fue inspirado mientras me aburría viendo el partido entre Júnior y Patriotas… ¿cómo hacen para jugar tan mal?

Fuente: http://www.elheraldo.co/opinion/columni ... ingo-60349
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